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Lo que hay detrás del curioso cartel de cierre de una marca de moda ‘sostenible’

Tienda Hence en Madrid.

Sara Acosta

Números 53-55 de la calle Claudio Coello de Madrid, en el rico distrito de Salamanca. Es aquí donde la firma Hence anuncia en un cartel que ocupa todo su escaparate: “Liquidación por cierre. Desde Hence hemos intentado ser 100% sostenibles, pero nos hemos dado cuenta de que la industria de la moda no está preparada. Fieles a nuestros valores, hemos decidido cerrar nuestras puertas”.

En apariencia, el mensaje es el de un loable intento fallido por hacer las cosas de otra forma en el sector de la ropa, muy señalado por su impacto ambiental y social. Hence es el producto del desencanto de tres emprendedores conocedores del mundo actual de la moda. En 2010 lanzaron el proyecto con la idea de fabricar en España en lugar de Asia, donde esta industria global lleva instalada hace años por lo baratísimo de su mano de obra. La enseña se centraría en la ropa de hombre. “Y salió bien, íbamos adelante. Nuestras camisas, que vendíamos en tiendas multimarca, costaban entre 90 y 120 euros, un precio que reflejaba los costes más elevados de fabricar en España y usar solo tejidos naturales”, cuenta Pablo Fernández García Andrade, uno de los tres socios fundadores y promotor del proyecto.

En el año 2015, este consultor internacional recibió una llamada que le ponía al alcance de la mano consolidar un sueño: “Era un fondo de inversión de Dubái, quería crear una marca sostenible y que los beneficios fueran a proyectos sociales”. Él les habló de su producto ya creado, y ese mismo año cerraron un contrato con el compromiso de que el proyecto sirviera para generar un impacto social positivo. “El sector era la moda porque es lo que sabíamos hacer, pero entramos con el fondo por poder hacer algo diferente: lo que había detrás era un proyecto social”, detalla Andrade.

Abrieron ocho tiendas entre Pakistán, Dubái, Madrid y Barcelona. Todo fue bien hasta que empezaron las desavenencias entre el cofundador de la 'start-up' y el fondo en cuestión, Arkhe Trading DMCC, con fábricas de ropa en el continente asiático. El problema fue, básicamente, desatender la transparencia y certificados que garantizaban que la actividad era efectivamente sostenible. En marzo de 2018, cuando la firma seguía creciendo, este emprendedor abandonó el proyecto.

“El problema viene cuando se intenta aplicar el mismo modelo de la 'fast-fashion', centrado solo en el precio, a un esquema sostenible; no funciona, le pides al negocio lo que el negocio no puede dar, que es ir despacio”, analiza Andrade. Otros exempleados y proveedores también se marcharon y están en litigios con la empresa matriz. “El mensaje del motivo del cierre no es cierto; es una deficiencia en la gestión y busca mantener la imagen de los inversores”. Ballena Blanca ha intentado ponerse en contacto con Hence, sin éxito.

Sobre si la industria de la moda puede transformarse para tener un menor impacto ambiental, este consultor zanja: “Las técnicas y los materiales lo permiten y los clientes ven esa propuesta de valor y están dispuestos a pagar. No es cierto que no esté preparada, lo que no está es consolidada. A Hence no le importa el daño que pueda causar ese mensaje. Si no fuera así, no diría que es una causa perdida”.

Esta nueva sección en eldiario.es está realizada por Ballena Blanca. Puedes ver más sobre este proyecto periodístico aquí.aquí.

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