El Barça no salta el muro del CSKA

El Regal FC Barcelona no pudo (78-82) con el muro del CSKA Moscú, el vigente campeón, y un gigante Ramunas Siskauskas, con 29 puntos, en la primera semifinal de la Final Four de la Euroliga de baloncesto, que se disputa hasta el domingo en el O2 World Arena de Berlín, y no jugará la final para poder sumar el segundo título continental en su palmarés.

Por contra, el CSKA podrá revalidar el trofeo alzado en la pasada edición en Madrid y buscará su tercera Euroliga en su cuarta final consecutiva. El Barcelona, lastrado por las tempranas faltas de Juan Carlos Navarro, se quedó otra vez sin un título, que queda reducido al que logró en 2003 en la Ciudad Condal.

Y eso a pesar de que las palabras de Xavi Pascual de la víspera no fueron pura retórica. El Barcelona saltó al ultramoderno O2 berlinés sin complejo alguno ante el campeón. Salió como un misil, acertado en el tiro, ahogando a su rival con una defensa zonal con múltiples ayudas y, con cuatro triples, dos de Jaka Lakovic, alcanzó pronto una ventaja de 10 puntos (14-4, min. 5).

Incluso la preocupación de Messina fue aún mayor (17-6, más 11, la máxima ventaja junto al 19-8) porque veía que el rival anotaba con una cadencia mayor de la habitual, porque Lakovic tenía el día, también su ex pupilo David Andersen, y el pívot puertorriqueño Daniel Santiago se fajaba como un jabato frente a Khryapa.

La mala noticia para el Barça fue, sin embargo, las faltas de Navarro. El escolta cometió pronto dos personales, se fue con la máxima renta y cuando regresó, mediado ya el segundo cuarto apenas estuvo 30 segundos antes de cometer la tercera a Langdon, el MVP de Madrid'08, y volver, de nuevo, al banco de suplentes.

Entre ambos puntos, el CSKA minimizó la sangría del Barça al término del primer cuarto (21-12) con tres recuperaciones que transformó en un parcial de 0-6 y dejar casi en nada (21-18) el trabajo blaugrana en los 24 minutos anteriores. Un triple de Holden igualó el encuentro (30-30) y alimentó el peor de los augurios.

El Barça, no obstante, no se vino abajo, encadenó de un tirón 6 puntos que aún le mantenían por delante (36-32) al descanso, en el que Navarro, 3 puntos en 7 minutos, purgaba sus faltas y se convencía a sí mismo de que aún no había perdido todo el tiempo para asumir el rol protagonista en la semifinal.

Andersen no fue la solución

Visto que no era el día de Navarro, Andersen se echó el equipo al hombro. De dos, de tres, en suspensión, una bandeja. El australiano, 24 tantos, dio un repertorio ante sus ex compañeros y mantuvo el tipo para el Barça pese a que Erazem Lorbek y Ramunas Siskauskas eran un incordio para la defensa azulgrana.

Navarro volvió a entrar en escena con su equipo tres arriba (45-42), aunque Andersen seguía siendo el referente ofensivo de los de Pascual, que venían cómo el CSKA culminaba su remontada al inicio del último cuarto (61-62) con un triple de Siskauskas y tomaban, por vez primera, la delantera en la semifinal.

El campeón ya no dejó el timón del partido. Navarro y Basile alargaron la agonía blaugrana desde la línea de 6,25. Cinco puntos más del lituano dictaron sentencia (61-67) para el Barça, que no pudo derribar el muro en la ciudad que sí lo echó abajo en 1989.

Enfrente estaba Siskauskas y el CSKA, una pléyade de estrellas con mucha calma, como avisó Messina, para asestar el derechazo definitivo en el momento oportuno. El técnico italiano nunca había perdido una semifinal de la Final Four y tampoco lo hizo este viernes. Para su dicha y la desdicha de Joan Laporta, quien no viajará el domingo para ver a su equipo en la final.

Etiquetas
stats