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Cisma en el 'Granca'

El Cabildo de Gran Canaria, como accionista mayoritario del CB Gran Canaria, considera que la etapa de Lisandro Hernández como presidente de la entidad claretiana (ocupa el cargo desde 1990) ha llegado a su fin. Desde la corporación insular, descontenta ?en buena parte, pero no de manera exclusiva? con la gestión económica de la Sociedad Anónima Deportiva (en el último lustro, por ejemplo, el Cabildo ha tenido que aportar cerca de 12 millones de euros para equilibrar las cuentas del club), se pretende profesionalizar la administración y gerencia del Granca.

En ese paso al frente, liderado por el Cabildo, hacia una profunda renovación estructural del CB Gran Canaria no entra Lisandro Hernández. Y la postura de la corporación insular, firme desde hace varias semanas (incluso meses), ha provocado un cisma en la entidad de la Vega de San José: desencuentros entre el propietario y parte del consejo de administración (en concreto con el núcleo duro de la directiva, formado por el propio Lisandro Hernández, los vicepresidentes Juan Carlos Cabrera y Enrique Moreno y el consejero Miguel Montes); discrepancias en la búsqueda de patrocinios o de fórmulas para aumentar los ingresos; amagos de dimisiones; o cierta tensión interna en las oficinas del Granca (con dos bandos bien definidos).

El cambio en la gestión del CB Gran Canaria presentará, como piedra angular, la figura de un presidente ejecutivo. Y el modelo de Josean Querejeta (rector remunerado del Baskonia desde 1988) es el ejemplo o prototipo que busca el Cabildo para dirigir la gestión de la entidad claretiana, acompañado de Ramón Bielsa (en la actualidad gerente del club, que fue designado para ese puesto por Intervención del Cabildo y que en los últimos meses ha sido aislado de varias gestiones por Lisandro Hernández y el núcleo duro del consejo de administración).

Mientras el Cabildo hila fino en la búsqueda de un gestor profesional y en la confección de un nuevo consejo de administración para el Granca, las diferencias entre Lisandro Hernández (junto al núcleo duro de su directiva) y la corporación insular se han ido multiplicando durante los últimos meses.

Puntos de fricción

Y entre los puntos de fricción surgidos, últimamente, entre ambas partes sobresalen la reunión (convocada en julio por Paulino Rivero en el Real Club Náutico de Gran Canaria) con un grupo de empresarios que se comprometió a abonar un total de 600.000 euros cada año, desde 2009 hasta 2014 (algunos aún no han cumplido con lo pactado en aquella cita); las negociaciones con Kalise para mantener el acuerdo de patrocinio (fue el Cabildo quien rechazó la posibilidad de sostener la esponsorización por 600.000 euros anuales); o los problemas que surgieron, por la incapacidad del Granca ante la ACB, de cerrar un contrato para asegurar la celebración de la Copa del Rey, en 2014, en el nuevo Palacio de Deportes de Gran Canaria (por este asunto llegó a peligrar la celebración de la Supercopa en el Centro Insular).

La hoja de ruta del Cabildo para el CB Gran Canaria no es nueva. Desde el inicio del mandato de José Miguel Pérez (presidente de la corporación sustentado por un pacto entre el PSOE y Nueva Canarias) se advirtió al consejo de administración de la Sociedad Anónima Deportiva que el modelo de gestión, sostenido anualmente por las aportaciones extras del Cabildo, debía variar de manera considerable para alcanzar la autosuficiencia económica.

La directiva que preside Lisandro Hernández ha sido incapaz de llegar a la autarquía y ha calculado mal sus últimos movimientos, ya que desde el propio Cabildo se considera que, instalados sobre los éxitos deportivos del equipo en la última década, los miembros del núcleo duro de la directiva claretiana “han jugado a la política”. “Han considerado ?añade la fuente? que desde el grupo de gobierno, por miedo a posibles malos resultados deportivos, no se han tomado unas decisiones que pueden perjudicar a nivel político. Y aquí, en este caso, por encima de partidos políticos, está el Cabildo, que ha tenido que poner casi 12 millones de euros al final de las últimas cinco temporadas para arreglar los desaguisados de una mala gestión”.

Además, en el Cabildo también se considera incompatible, éticamente, que Lisandro Hernández (junto a Juan Carlos Cabrera, socios a nivel laboral) se mantenga al frente del consejo de administración del CB Gran Canaria debido a su casi segura presencia en un importante proyecto profesional.

Ahora, con un cisma considerable instalado en el seno de la entidad claretiana que amenaza con llevar al club a la deriva, sólo resta que el Cabildo (donde se apunta que hay consenso por parte de todas las formaciones políticas) dé el último paso y cambie el rumbo del Granca.

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