Garrido asegura que ha sindicado sus acciones del Tenerife “de por vida” en manos de Corviniano Clavijo
El empresario madrileño José Miguel Garrido descartó este jueves intervenir en la gestión del CD Tenerife. “Debe de quedar claro que no tengo, ni voy a tener, ni voz ni voto en el Tenerife. Todas las acciones que he adquirido están sindicadas de por vida en Corviniano [Clavijo], que no tiene que preguntarme a mí lo que tiene que hacer”, dijo en una entrevista concedida a Radio Marca Tenerife, antes de recalcar: “Tenemos firmado que mis acciones sólo pueden ir a parar a Corviniano”.
Como ya ha ocurrido en otras citas con los medios locales, Garrido Cristo no tuvo reparos en hablar del algunos de los actuales accionistas de control del club representativo. “A Amid Achí le digo que bienvenido al club de los especuladores. Si a mí me llamaron especulador por comprar acciones del Tenerife […] es lo que pasa cuando la gente escupe hacia arriba, que le cae a ellos mismos”, afirmó en alusión a la compra que ha hecho —junto al empresario del sector cárnico Juan Pelayo— del paquete de títulos que poseía a hasta ahora la constructora Daltre.
“Que una serie de accionistas que controlan el club y sus decisiones digan que lo tienen todo controlado y se dediquen a seguir comprando acciones —abundó el ex propietario del Albacete Balompié y CD Castellón—, significa que no lo tienen tan controlado”, lanzando, además, una advertencia: “Entienden que con un 45% son capaces de controlar el club y eso no es así”.
Garrido volvió a apuntar a los socios minoritarios del club como vía para tomar el control de la entidad. “Existe un 45% de acciones del Tenerife en manos de accionistas que tienen menos de 100 acciones. E intentar parar un tsunami —indicó— tapando grietas de la pared con las manos es imposible. La movilización ya ha empezado y continuará a lo largo de los meses”, afirmó.
“Como los llaman ellos, ya no son cuatro machangos los que gritan en el estadio. El otro día serían 4.000, luego serán 7.000 y llegarán a los 10.000. No podrán acallar a los aficionados”, insistió.
No eludió referirse al equipo de gobierno encabezado por Concepción, para indica que quienes controlan el club “no son el presidente, ni el Consejo, son los tres o cuatro accionistas y retrataremos quiénes son quienes apoyan esta gestión con nombres y apellidos. Veremos –continuó Garrido— qué relación existe entre las empresas que les apoyan y por qué les apoyan. Las empresas que apoyen esta gestión también son responsables”.
Respecto de la junta general del próximo día 26, recordó que en diciembre “no se vota por Corviniano o por Concepción, se vota porque los minoritarios tengan voz y voto. Dándoles la opción de que vayan a la junta y de que voten. Y eso es lo que intentan acallar. Pero, más tarde o más temprano, va a suceder”, dijo.
Asimismo, llamó la atención sobre la gestión económica del club, que tampoco considera adecuada. “Leyendo las cuentas oficiales del club, aparece que el club muestra un fondo de maniobra negativo de dos millones de euros. Eso significa que el club no tiene liquidez para hacer frente a sus deudas a corto plazo”, dijo para ironizar sobre una situación que “lleva así varios años gracias a esta maravillosa gestión económica”.
“En las cuentas del club —continuó— se dice que han tomado medidas para solucionar el problema grave del fondo de maniobra negativo. Y la primera medida que ha tomado es mantener la categoría en Segunda. Y no es que el club pueda determinar dónde jugamos. Depende de los resultados
“Esta maravillosa gestión económica —añadió Garrido—ha reducido la deuda en 400.000 euros en un año. Que con 14 millones de euros de ingresos reduzcas la deuda en 400.000, que es un 2,5% de tus ingresos totales, es una gestión penosa”, consideró.
Garrido acabó tirando de la retórica. “¿No se puede encontrar a alguien en el mundo, teniendo la marca Tenerife, que la puedes vender en Alemania, Inglaterra o Italia, una empresa que sea capaz de esponsorizar la camiseta del Tenerife? Es vergonzoso, y no lo hacen porque no tienen la necesidad”, sentenció.