Tenerife y Mirandés empatan en todo en otro partido condicionado por el arbitraje

Aitor Sanz y Carlos Ruiz protestan la anulación del gol al Tenerife

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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Con siete partidos por jugarse, el CD Tenerife despidió la temporada en Miranda de Ebro con una actuación decepcionante que le deja en zona de nadie, con tres jornadas de margen y cuatro puntos para la salvación matemática. El error de Galech Apezteguia al borde del descanso, parando una jugada que acabó con gol de Aitor Sanz, pudo tener valor de tres puntos, pero no disculpa una tarde insulsa de los blanquiazules.

Como tantas veces en este curso, los fallos de arbitraje animarán la discusión sobre lo que te acaban quitando después de 42 jornadas, pero, como otras tantas veces, las heridas no provocan en este grupo, cuando menos, una reacción emotiva que agite después el partido. La segunda parte de la cita aplazada de este miércoles borró lo poco bueno ofensivo que tuvo el grupo de Ramis en el primer acto y se convirtió en un catálogo de errores decepcionantes de entrega.

El técnico tinerfeñista cambió de salida medio equipo, pero ninguno de los beneficiados con la titularidad cuestionó su suplencia habitual. Kakabadze se asemeja en poco al Moore habitual, Pomares cumple detrás y aporta poco de frente, Alberto sigue lejos del mejor Alberto y la pareja de atacantes…. la pareja de atacantes Joselu-Apeh muestra la falta de gol, el gran agujero negro de este Tenerife: ni un remate entre palos en la tarde de las rotaciones en la que quedó un cambio sin hacer y sin oportunidad de reclamarse el otro Jorge (Padilla).

Eso sí, ni el Tenerife se cayó defensivamente —lo que es mucho para los recursos que maneja Ramis y viene a explicar esta permanencia que debería ser del todo tranquila—, ni tuvo un mal arranque. Con la presión alta, el sentido del espacio que maneja como pocos Aitor Sanz y mucha actividad para jugarla detrás de los medios locales, en diez minutos ya acumulaba cuatro tiros —ninguno de peligro, es verdad— y apuntaba a un partido prometedor. Veinte minutos, al cabo, a buen ritmo, metiendo en su campo a un Mirandés paciente y emperrado en sacarla jugada desde los laterales hasta que descubrió que con un fútbol más directo llegaba mejor al área de Dani Hernández.

A poco que se afinó el grupo de José Alberto, se niveló el encuentro. Tiraron los locales de la movilidad de Cristo para buscar apoyos cortos, asomó un poco de criterio y le duró más la pelota, aunque limpio solo tuvo un remate de cabeza de Meseguer (m.14), fácil para Dani, y un balón suelto que se encontró al borde del área Javi Jiménez (m.34) que no cogió puerta.

Y así hasta que, languideciendo la primera parte, Vada colgó un saque de falta casi desde el medio campo que Lizoain despejó chocando con Vivian. Portero y defensa quedaron tendidos y al árbitro le faltó tiempo para detener la jugada en lo que Aitor Sanz se inventó una vaselina que acabó en gol. En gol anulado, pese a las protestas de Carlos Ruiz (tarjeta amarilla), Vada (ídem) y el técnico ayudante, José Manuel Gil (otrosí, pero roja). De la fiesta sancionadora también sacó premio Ramis, expulsado en lo que pasaba el entreacto en el vestuario por sus quejas al cuarto árbitro.

La decisión de Galech Apezteguia tiene toda la pinta de un error, grave, de interpretación del reglamento, redondeado con un balón a tierra para el Mirandés, pese a que era del Tenerife cuando detuvo la jugada. Luego, ya muriendo el partido del todo, un placaje a German Valera no le pareció que pusiera en riesgo la integridad del delantero, concedió la ventaja, y el juego siguió y siguió.

El gol que no fue dejó margen para la protesta y una suerte de excusa invisible para justificar el regreso al campo del CD Tenerife tras el descanso, una segunda parte insípida con un primer tercio cedido que el Mirandés —igual de inoperante— no aprovechó y una sucesión de cambios blanquiazules que no trajeron más que una avalancha de jugadas precipitadas.

La entrada de Shashoua, vista su media hora de corto, se la pudo ahorrar Ramis de saber de antemano la predisposición del inglés, incapaz en los dos costados. Valera se arrancó con conducciones suicidas, Sol se perfiló mal para rematar en la mejor pelota que le pusieron (m.68) y Moore entró, al parecer, más para doblar a Kakabadze que para colocar un balón con sentido en el área. Arrumbado a la distensión el grupo, le dio el juego al Tenerife para salvar un punto, justo la tarde en la que se esperaba un tanto más de emotividad para intentar subirse al último tren hacia una ya casi imposible promoción.

(0) CD MIRANDÉS: Raúl Lizoain; Víctor, Vivian, Berrocal, Javi Jiménez; Pablo Martínez (Ezzarfani, m.79), Meseguer, Álex López (Genaro, m.73), Javi Muñoz; Cristo (Mario Barco, m.73) y Simón (Djouahra, m.46).

(0) CD TENERIFE: Dani Hernández; Kakabadze, Sipcic, Carlos Ruiz, Pomares; Nono (Moore, m.84), Alberto, Aitor Sanz, Vada (Shashoua, m.63); Joselu (Fran Sol, m.63) y Apeh (Valera, m.77).

ÁRBITRO: Iosu Galech Apezteguia (Comité navarro). Expulsó al segundo entrenador del CD Tenerife, Josema Gil (m.45+2) y a su entrenador, Luis Miguel Ramis (descanso). Amonestó a Genaro (m.87) y a los visitantes Carlos Ruiz (m.45), Nono (m.45+2), Pomares (m.69), Moore (m.84) y Valera (m.89).

INCIDENCIAS: Partido aplazado de la 31ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio de Anduva.

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