El día que 'Il diavolo' guió al 'Granca' en Pucela

Tras cada triple anotado, Vincenzo Esposito (Caserta (Italia), 1 de marzo de 1969) siempre hacía el mismo gesto: se llevaba las manos a la cabeza, las situaba -cada una en su lado correspondiente- a la altura de la sien y, con los dedos índices apuntando hacia arriba, simbolizaba los cuernos del diablo, mote (il diavolo en italiano) que el genial escolta lucía con orgullo.

El 4 de marzo de 2002, en el Pabellón Polideportivo Pisuerga (cancha que el Granca volverá a visitar este domingo -11.30 horas-), Esposito repitió esa mueca en siete ocasiones. Una por cada uno de los siete triples (en 10 lanzamientos para firmar un 70% de acierto) que anotó ante un Fórum Valladolid incapaz de frenar la incontinencia ofensiva del italiano, que con 46 puntos lideró una victoria (100-102) fundamental para el CB Gran Canaria (denominado, en ese momento, Canarias Telecom).

Sólo Willie Jones, con 47 puntos, ha anotado más en un partido del Granca en la ACB que Esposito, que en los 15 partidos que jugó con el equipo claretiano en la Liga ACB promedió 20.6 puntos anotados por encuentro. Polémico, excesivo, anotador compulsivo y genial, el escolta italiano resultó fundamental para liderar, en el tramo final del curso, una plantilla que coqueteó con el descenso.

No fue un año fácil, a nivel deportivo, para el CB Gran Canaria. Fichajes que no cumplieron las expectativas creadas, recambios que no funcionaron, un amplio número de jugadores cortados y muchas derrotas dieron forma a un amargo cóctel que provocó la peor clasificación, desde el último ascenso (1995), del conjunto claretiano en la ACB (decimosexto puesto).

Esposito se unió al Granca en enero. Llegaba avalado por sus dotes anotadoras en Italia (máximo anotador y MVP de la Lega) y por su breve paso (temporada 95/96) por los Raptors de Toronto (NBA). De su experiencia en la liga estadounidense, reto que asumió casi por la curiosidad de probarse entre los mejores, el propio jugador siempre subrayaba su actuación en el Madison Square Garden contra los Knicks de Nueva York.

18 puntos en el Madison

“No me fue del todo bien y tampoco es que progresara mucho en mi juego, ya que apenas había tiempo para entrenar y pulir defectos, pero fui allí a disfrutar, a gozar de ese espectáculo, y siempre podré decir que anoté 18 puntos en el Madison”, afirmaba Esposito, sobre su etapa NBA, a todo el que le preguntara por su aventura en los Raptors.

El impacto de Esposito (futbolero al máximo, fan de Maradona y del Nápoles, y habitual en el Estadio Insular para ver a la UD Las Palmas) en el juego de aquel Canarias Telecom, entrenado por Manolo Hussein y en el que figuraban jugadores como Warren Kidd, Kenny Miller, Jean-Marc Jaumin, Jason Klein, David Brabender o un novato Jim Moran, fue trascendental. Se convirtió en la gran referencia ofensiva del equipo (circunstancia que generó más de un problema en el vestuario) y revitalizó a un conjunto cerca de la depresión.

En Valladolid (donde Morton anotó 32 puntos en 1997 y Roberto Guerra, Marcus Goree o Bernard Hopkins también firmaron grandes partidos), con esos 46 puntos (siete de 16 en tiros de dos, siete de 10 en triples y 11 de once en tiros libres), Esposito cuajó una actuación inolvidable. Autor de casi la mitad de los puntos del Granca (102 en total), el escolta italiano dio al equipo amarillo una victoria que le valió, al final, para mantenerse en la ACB.

¿Se acercará algún jugador del Granca actual, el próximo domingo, a los números que Esposito firmó aquel día en Valladolid? ¿Alguien aceptará el reto ante el Blancos de Rueda?

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