LA MIRADA DE ANDERSSON (NBA) / Orgullo verde
El asalto tomó forma en el tercer cuarto. Antes, desde el inicio del duelo hasta el descanso, los Celtics de Boston ya habían jugado mejor y ya habían dominado a unos Cavs de Cleveland que se movían al ralentí, tal vez aupados en la confianza que da tener a LeBron James, el MVP, el mejor jugador de la NBA, el autoproclamado rey del juego, en sus filas. A la espera del golpe definitivo de la franquicia de Ohio para iniciar la remontada, emergió una fuerza imparable procedente de Massachusetts. El silencio, por unos minutos, retumbó en The Q. Las camisetas repartidas por Nike, antes del partido, con el lema 'One For All' se difuminaron. Y LeBron, su figura de superhéroe y su halo estelar empequeñecieron ante el orgullo verde, esa pócima que, mezclada con mucho talento, ha dado a los Celtics 17 títulos de campeón de la NBA.
En ese momento, justo en el tercer cuarto, la maquinaria de los Celtics, verde radiante, soberbia como pocas en la NBA, trituró la condición de favorito imperial de los Cavs. Todos sumaron, todos ejecutaron a la perfección su función y todos mordieron para noquear al rival. Pero de todos los jugadores de Boston, sobresalió Ray Allen que, como el personaje de Jesus Shuttlesworth que interpretó en la película He Got Game (de Spike Lee), flotó sobre el parqué de The Q. Silencioso, con clase, rápido, elegante y certero metió canastas de todos los colores. Desde las esquinas, en penetración, tras bloqueo. Imparable y sigiloso, el escolta de California ejerció de martillo pilón (22 puntos) al ritmo que marcó Rajon Rondo, un base superior.
A Rondo, natural de Louisville (Kentucky), no cuesta nada imaginarlo en plan triunfador en cualquier cancha de playground. Controla, como pocos bases de la NBA, tiempo y ritmo. Corta la zona como un cuchillo divide la mantequilla y asiste como le da la gana (19 pases de canasta este lunes). A tan buen nivel está que el Big Three que forman Allen, Kevin Garnett y Paul Pierce debería pasar a integrarlo como un socio más. El nivel que ha exhibido Rondo en playoffs debería generar una profunda reflexión en los Cavs, donde Mo Williams y Delonte West no dan para frenar al playmaker de los Celtics.
Pero Rondo no se presenta, con la eliminatoria rumbo a Boston para disputar los dos siguientes partidos, como la única asignatura pendiente que tendrán que empollar los Cavs si quieren colarse en la Final de Conferencia. Con Garnett y Pierce firmando discretos números, los Celtics se reencontraron este lunes con la mejor versión de Sheed Wallace. El ala-pívot, desapercibido entre broncas varias durante la fase regular, anotó 17 puntos para generar un quebradero más de cabeza para Mike Brown, técnico de la franquicia de Ohio.
De camino a Boston, en los Cavs toca hacer recuento de fuerzas y, sobre todo, exigir más a todos los primeros espedas con los que Danny Ferry ha rodeado a King James: Mo Williams, Delonte West, Anthony Parker, Antawn Jamison, Anderson Verajao, Zyrunas Ilgauskas y Shaquille O'Neal deberán hacer algo más que pasársela a LeBron cuando el asunto se ponga feo. De lo contrario acabarán engullidos por el enorme orgullo verde.