En esas 28 jornadas de liga, el equipo amarillo había sido capaz de ganar 8 partidos, empatar 11 y perder 9. Todo con unos que registraban un balance equilibrado al máximo con 33 goles a favor y 33 en contra. Con esos números, la UD Las Palmas (dirigida por Juanito y Vidales) le daba para ser décimoquinta en la clasificación y mantener cuatro puntos de ventaja sobre la zona de descenso.