Valverde sigue de amarillo tras la primera llegada al sprint
El noruego Thor Hushovd (Credit Agricole), uno de los mejores esprintetrs, impuso su fuerza para adjudicarse la segunda etapa del Tour de Francia, disputada entre Auray y Saint Brieuc, de 164,5 kilómetros, en la que el español Alejandro Valverde se mantuvo al frente de la general.
El gigante nórdico, de 30 años, se metió en un esprint anárquico, arrancando a 200 metros de la línea, en plena locura, para alcanzar su sexta victoria en la Grande Boucle con un tiempo de 3h.45.13, a una media de 43,8 kms/hora, por delante del luxemburgués Kin Kirchem y del alemán Gerald Ciolek, ambos del Columbia.
El español Oscar Freire, tres veces campeón mundial, se volvió a meter en el esprint pero, lejos de su mejor forma, hubo de conformarse con la séptima plaza.
Alejandro Valverde entró en la pelea por la victoria, pero una vez que arrancó Hushovd el murciano levantó el pie y se conformó con “salvar una llegada peligrosa y mantener el maillot amarillo” después de un trayecto exigente para todo su equipo, que controló en cabeza de pelotón sin desmayo.
El Caisse D'Epargne mantuvo el liderato en las espaldas de Valverde, cómodo con la prenda de jefe de la general, confiado y con buen respaldo de sus compañeros. Saldrá en la tercera etapa con 1 segundo de ventaja sobre Kin Kirchem y respecto a Oscar Freire, segundo y tercero respectivamente. La cuarta plaza es del español Juanjo Cobo (Saunier Duval) y la quinta del australiano Cadel Evans (Silence), todos a la misma distancia. Sin novedad entre los favoritos, con Sastre, Riccó y Menchov a 7 segundos.
Sylvain Chavanel (Cofidis) y Thomas Voeckler (Bouygues), tal vez los ciclistas franceses más populares desde la retirada de Virenque, ambos campeones nacionales, animaron la etapa con una fuga que nació tras el paso por la primera tachuela del día, la Cota de Bieuzy Lanvaux (4a, km 23). Buena noticia para el equipo de Valverde, que tomó el mando del pelotón sin temor alguno a perder el maillot amarillo de Valverde y sin un coste excesivo de fuerzas.
La máxima diferencia de 6 minutos en el kilómetro 56 empezó a menguar hasta quedar en la mitad en el ecuador de la etapa. Por el Muro de Bretaña (3a, km 92), “el Alpe D'Huez” de la región para los bretones, aunque el nombre se lo debe a una pared, no a la ascensión, el retraso del pelotón marcaba 3 minutos. Momento de ponerse los chubasqueros porque tocaba agua, en una jornada de lluvia intermitente. Los hombres de Unzue guardaban las espaldas del líder, que a punto estuvo de irse al suelo por culpa de un espectador que había encontrado acomodo en pleno asfalto.
El dúo de cabeza se convirtió en un cuarteto con la llegada, a 56 kilómetros de meta de otros dos franceses, del Agritubel ambos, el veterano Christophe Moreau y David Lelay. Multiplicación de fuerzas y de ilusiones que no fueron suficiente ante el hambre voraz de los equipos que tienen intereses al esprint.
Los últimos 30 kilómetros motivaron a los hombres de La Francaise des Jeux, interesado en el amarillo para Gilbert, y del Quick Step, con la baza de Steegmans al esprint. Ambos equipos echaron una mano al Caisse D'Epargne para de limar los dos minutos que contaban los aventureros a 50 kilómetros de meta.
Antes de tirar la toalla, aún buscó la hazaña Chavanel, que se fue en solitario, pero mermado ya de fuerzas después de 140 kilómetros de fuga. Con la pancarta de meta muy cerca se le echó encima el pelotón. Cancellara (CSC) rompió la nómina de aspirantes con un ritmo de los suyos, os sea, asfixiante. Se acercaron Valverde y Hushovd.
El español enseguida se borró, incapaz de seguir al nórdico, que se saltó a 200 metros sin admitir discusión alguna. Ganó a lo grande su sexta etapa en el Tour, una jornada de viento, lluvia y nervios al final que acabó con Valverde de amarillo, “algo grande”, como señaló en meta.
El Tour sale este lunes de Bretaña con la disputa de la tercera etapa, entre Saint Malo y Nantes, de 208 kilómetros, propicia para los velocistas.