Espacio de opinión de Canarias Ahora
Contrarreformas por decreto
El Gobierno central se ha empecinado, por mor de las restricciones económicas por las que estamos pasando, tanto en España, Europa, como en todo el universo, hacer un deplorable retroceso los Derechos sociales y cívicos; y en el Estado de bienestar alcanzado, en altas cotas de dignidad humana y de vida, como jamás había existido en este país, en toda su larga historia. No se trata, ahora, por la que estamos pasando la afligida gran masa social, de vivir como en recientes etapas de la vida más boyantes (que tan sólo alcanzó medio centenar de años, en España), no, porque las aciagas condiciones producidas por el capitalismo salvaje, dominado por el galopante e inmisericorde neoliberalismo, que se impone a nivel global, no lo permiten en su codicia patológica. Si hay que hacerlas, que sean de tipo laxo, sin perjudicar grandemente a la inmensa mayoría. Que no sea sola la clase trabajadora quien pague los desmanes cometidos por otros desalmados. Existen otras fórmulas para las restricciones pecuniarias, menos dolorosas, que no afecten tan penosamente en la vida y dignidad de la mayoría social y menos pudiente económicamente. Primeramente, no se debe tocar en absoluto: la sanidad ni la educación. Al contrario, potenciarlas siempre. Son las mayores riquezas de un país, y de la óptima administración, de unos gobernantes que se precien de serlo. Estas son las columnas donde se sustenta el espíritu de buen servicio a la sociedad en general. Sana y educada.
El actual Gobierno del país se ha erigido en una agencia de recaudación monetaria, en base a facturación permanente, no en prestar diligentes servicios a los ciudadanos, que para eso fueron elegidos en las urnas.
En el Ministerio de Sanidad, se han propuesto ahorrar, jugando con la salud de todos, con los menos pudientes, y especialmente, con los de mayor edad, y por ello, con mayores necesidades de fármacos: 7.000 millones de euros. Sin importarle las trágicas consecuencias que pueda producir. Lo más importantes es que los números de las cuentas ministeriales cuadren. ¿Las personas?? Solo les importan las gentes con poder económico. Para alcanzar el objetivo: se cierran plantas de hospitales, o cuando no: todo el hospital. Se reduce el número de facultativos y se hacinan los enfermos en los pasillos de las Urgencias. Todo un claro retroceso a las irremediables prácticas tercermundistas. Con este método comercial de la sanidad pública, se favorece, y se pretende como fin, la creación de una medicina de calidad en los hospitales privados.
La última anulación de más de 426 fármacos de uso frecuente, que la sesuda ministra califica de 'leves', son en general, medicamentos preventivos. Alivian síntomas, que es el inicio de una enfermedad, para que no agrave o la sufra. La hospitalización sería mucho más costosa. Se ahorra 440 millones con este medicamentazo, que afectará directamente a los mayores. Frívolamente acabarán, de un plumazo, con la sanidad pública, universal y gratuita, para todos los españoles, implantada en la década de los ochenta.
La maltrecha Ley de la Dependencia, que tampoco a 'piadosos' populares nunca les gustó, y casi no cumplieron la ley en las Comunidades que gobernaron, acabarán con ella. Las nuevas reducciones en el salario, dictado por la funcionaria accidental, a los familiares que atienden a estos crónicos enfermos, harán que la penuria sea aún mayor para estas gentes.
El Ministerio de Educación le va a la par del despropósito más infumable, aplicando el despotismo imaginativo del ministro y su panda. El actual gabinete, de la contrarreforma educativa, es de lo más reaccionario en las ideas pedagógicas y más negativos para la educación de este país, en mucho tiempo. No obstante, tiene sus aplaudidores en la Iglesia, en la Enseñanza privada y en la Concertada, beneficiando a ambos estamentos, con tan peregrinas y trasnochadas decisiones. Educación ha disminuido 3.000 millones. Y 10.000 millones, en cinco años próximos. Del 4,9 pasará al 3,9 del PIB. Si ya hubo reducción en años precedentes, ahora es la puya cuasi mortal para la educación pública. Como en verdad, se pretende. No mueve un céntimo de los 800 millones que el Estado paga a los profesores de religión católica. Para los populares las castas sociales son muy valoradas, y quien tenga dinero que estudie, los demás no tienen derecho a una mínima oportunidad intelectual.
La cotrarreforma en Educación, consistirá en rebajar el salario de los docentes y reducir el número de profesores por aula; anular centros educativos, por lo que la masificación de las aulas serán las claves de los depauperados presupuestos. La calidad de enseñanza quedará bajo mínimos. Hecho que atenta contra los derechos a la enseñanza que tienen los niños y jóvenes, que según uno de los fundamentes preceptos que define la Unesco, es: “Nivel y calidad de enseñanza”; e “Igualdad de oportunidades en la esfera de la enseñanza”.
En las contrarreformas que propone el ministro del vértigo, en la restricción educativa, el iluminado administrador de ultrajes al profesorado y contra la clase estudiantil menos rentista, con este denigrante presupuesto, reduce también el capital destinado a Becas. Ahora se ofertarán de forma selectiva y minoritarias, debiendo sacar la mínima nota del 5'5 y superando un número mayor en los créditos matriculados. Aumenta también las tasas en las matrículas universitarias. Estas medidas son estrictamente disuasorias para las clases menos favorecidas económicamente, sin que se les dé la oportunidad de formación.
Para colmo de males, hace renacer de sus cenizas la obsoleta Reválida, superada, por obsoleta e inútil, hace medio siglo. El objetivo: poner más impedimentos a los estudiantes para superar los cursos. Con bajos presupuestos y hacinamientos de las clases y la pérdida de la calidad educativa, es un brindis por el fracaso escolar absoluto. Y los negativos informes de Pisa, serán para llorar a moco tendido. Si ocupamos ahora los últimos lugares, junto a las naciones más pobres de Europa, estaremos en el farolillo rojo, sempiternamente.
La aborrecida, por los populares, Educación para la Ciudadanía, por 'ser ideologizante', alegaban, se llamará Educación Cívica y Constitucional, la transforman en claudicante, ante los mandatos de Rouco, y de ideología neofascistoide. Alude ésta a la homofobia, a las desigualdades y en nuevos adoctrinamientos, que habrá sido programada por FAES, como ha hecho en otros de los ministerios actuales.
El Ministerio de Justicia no se podía quedar rezagado. La contrarreforma de la Ley del Aborto, que tanto les resquemaba, la reducen a la mínima obligación estatal. La endurecen legalmente, para que no se pueda llegar a ella con facilidad. Atenta ésta, contra los más elementales derechos de la mujer gestante, en su libre derecho ?o de la pareja?, a decidir continuar, o no, sobre su maternidad. A ninguna mujer le gusta pasar por este penoso trance. Pero el PP sigue los dictados, al pie de la letra, de la Conferencia Episcopal. Hay que legislar para la gran mayoría, sin proselitismos religiosos, y creo, que a quien dañe en su religión o ética, que la rechace de plano. No se puede hacer una ley intervencionista en la moralidad común de todos.
El ministro tuvo la parida de hacer otra contrarreforma, en los pagos por justicia. Quien desee justicia: que la pague. Deja de ser un derecho inalienable en nuestra democracia. Los jueces que son pagados por el erario público, ya no son para todos los ciudadanos. Por lo que acudir al juzgado será sólo, para los pudientes económicamente. Los demás son excluidos, y tendrán solo derecho al pataleo y a imprecar al cielo.
Teo Mesa
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