Entre ingleses, hipocresía y la gripe A

Hay países que han empezado ya a aplicar protocolos de control que no dejan entrar a nadie que tenga algo de tos, ojeras, mocos, mal color o sudoración excesiva. ¿Estaría justificado empezar a hacer eso en nuestros aeropuertos con los vuelos procedentes de Inglaterra? ¡Nooooo?! ¡Qué ofensa! ¡¿Qué iban a pensar los turoperadores británicos?! Podrían molestarse y desviar sus generosos paquetes de turistas a otros países. Además, no hay por qué alarmarse, no es para tanto, la mortalidad de la gripe A es baja. Cierto, es baja, pero? ¿qué pasa si dentro de dos meses la Gripe A se ha disparado en Canarias especialmente en zonas turísticas?

Imaginen el panorama: casos y más casos, los servicios sanitarios, ya de por sí colapsados, más colapsados todavía, retraso en las operaciones, zonas de aislamiento, se dispara la venta de mascarillas, no hay antivirales para todos, y puestos a ser catastrofistas ahora son los turoperadores alemanes, los rusos, los japoneses y los de otros tantos países los que comienzan a cancelar paquetes para evitar contagios. Y es posible, también, que algunas personas mueran por causa directa o indirecta de esta pandemia. Ahora piensen, imaginen por un instante a ese ?Dios no lo quiera- familiar de un posible futuro fallecido canario por gripe A, pongamos por caso residente en el sur de Tenerife, zona de afluencia de ingleses por excelencia. Imaginen que le dicen que es muy probable que su familiar se contagiara por vía de uno de los muchos turistas ingleses que visitan nuestras Islas, algo que podría haberse evitado si se hubieran tomado las correspondientes medidas de prevención.

¿Imaginan? No es muy complicado notar como nos sentiríamos si fuéramos ese familiar. Pues imaginen ahora que este familiar va a preguntar a la Consejería o a la Delegación del Gobierno porque quiere saber por qué no se tomaron medidas de control sanitario antes de llegar a esto. ¿Qué le dirán allí? Igual alguien le dice que no había más remedio, estaban en juego muchos puestos de trabajo. Y qué bien, qué consuelo: muerto por unos puestos de trabajo, era un daño colateral, una muerte inevitable, sacrificado en beneficio del sistema. Sí, sí, muy bien, pero díganle eso a la familia del muerto.

Es curioso, recuerdo que hace unos años alguien dijo que los africanos traían ébola, sida, tuberculosis, que venían terroristas, que colapsaban nuestra sanidad, nos quitaban el trabajo y erosionaban nuestra identidad como pueblo. Con el tiempo se ha demostrado que nada de eso era cierto pero sí que dio para dos manifestaciones contra inmigrantes, campañas xenófobas de más de un partido, el Frontex, la Directiva Europea de Retorno, las redadas, las repatriaciones masivas y el ambiente que hoy tenemos. En fin, son cuestiones que quedan ahí. No afirmo ni niego nada y no quiero aparecer como un alarmista, sólo me hago algunas preguntas y las dejo ahí para quien quiera reflexionar, seguro muy pocos pues no es este artículo políticamente correcto y dudo mucho que algún medio lo publique.

Eloy Cuadra Pedrini