Espacio de opinión de Canarias Ahora
Las siete playas del socialismo canario
Quienes en el PSOE canario hablan hoy de sanchistas y susanistas de cara al proceso congresual regional que se avecina deberían entender que esas claras referencias no son estrictamente válidas ya, ni siquiera son anclajes a los que poder asirse en los inminentes posicionamientos orgánicos en el Archipiélago, si los hubiera. No obstante, en estos peñascos diríanse anhelantes nuevos y palpitantes istmos insulares que fluctúan, por un lado, entre el deslizamiento de las placas tectónicas que empujan desde el norte peninsular y, por otro, hacia el ensanche de los extremos no asociativos con los anteriores reflujos.
Hay que entender que también en estos momentos esas boyas no son, en absoluto, vasos necesariamente comunicantes. Todo ello nos viene a indicar que puede resultar un claro error estratégico tratar de asimilar los terrenos trillados en todo el país tras las elecciones primarias con muchos de los inexplorados senderos en el socialismo canario ante el futuro inmediato que inminentemente se le viene encima. Es decir, el puzzle regional ha cambiado de piezas que ya no encajan en los moldes que presentaron los contendientes al liderazgo federal.
Sin embargo, por aquí se están escuchando voceros que no han entendido ese simple esquema, que configura nuevos surcos cuyos bordes y suturas han recibido nuevos fuegos templados que distorsionan claramente los reconocibles rostros del sanchismo y del susanismo, sobre todo porque entienden, erróneamente, que las grupas de esos recios corceles les pueden llevar a atravesar la cordillera de las elecciones primarias canarias, distintas, obviamente, en forma y fondo, a la nodriza federal.
De hecho, la mayor distorsión que se vislumbra en este trance que el partido afronta en las Islas tiene que ver con la supuesta identificación de los presumibles paladines de la tropa local con lo que hasta hace muy poco tiempo defendían, máxime cuando las filas de aquella no se mantienen prietas, sino atribuladas, al menos con dispares alineamientos según la ínsula sobre la que se aplique la lente.
En todo caso, más allá de las bravas lavas que siempre alimenta el partido bajo la roca de su aparato, sobre todo cuando ha de exteriorizar las esquirlas de su ardiente rugido de mil demonios, el río incandescente que discurre por varias lechadas sociales mantiene el calor que le sigue dando vida como transformador de su paisaje.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0