Espacio de opinión de Canarias Ahora
Quien ríe el último
El PP se rió mucho del PSOE cuando el Partido Socialista hizo sus primarias para elegir al secretario general. Ahora el Partido Popular las hace y no se ríe. Los populares se rieron mucho cuando la pelea dialéctica y la lucha intestina entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Ahora su disputa interna no es a dos sino a pares y el PP tampoco se ríe.
La todopoderosa Dolores de Cospedal, número dos de Rajoy en el partido, estuvo ayer en la isla para hacer campaña de primarias entre los afiliados canarios. La mujer, soberbia en el peor sentido del término, hinchó pecho para decir que los militantes tenían que elegirla para que el PP no tuviera que pedir más perdón por la corrupción.
Y lo dijo como si ella fuera una recién llegada al partido, como si no hubiera tenido que ver nada con la historia reciente del PP, como si su nombre no hubiera aparecido en los famosos y denostados papeles de Bárcenas, tesorero por designación directa de Mariano Rajoy.
Nosotros, por lo pronto, nos conformaríamos con que la doña hubiese pedido perdón por la pestilente corrupción de su partido que ya ha empezado a confirmarse judicialmente con la primera sentencia del caso Gürtel. Y esto no ha hecho más que empezar.
Esta mujer, que explicó el despido en diferido de Bárcenas de una forma esperpéntica e irrisoria, más propia de una película de Cantinflas, tiene ahora la cara de hablar de un PP incorrupto, como el brazo de Santa Teresa, cuando ella fue una de las actrices estelares de esa nauseabunda historia.
La secretaria general del PP no solo no pidió perdón por la corrupción confirmada y contrastada de su partido, sino que negó la caja B y acusó de tendenciosos los argumentos del tribunal de justicia que condenó a su formación y a algunos de sus ínclitos representantes.
La sentencia, que fue meridianamente clara, condenó al PP por lucrarse de la trama de corrupción. Ahora la candidata, en vez de comportarse de manera humilde, reconocer la sentencia judicial y pedir perdón, viene con el cuento ficción de que, si la eligen, su partido jamas lo pedirá. Nadie puede creerla, excepto los incondicionales hooligans que la apoyan. Le sobra soberbia.
Tampoco es muy creíble su compañera de partido y sin embargo enemiga Soraya Sáenz de Santamaría, la número dos de Rajoy en los últimos siete años de Gobierno popular. Tanto ella como Cospedal censuran ahora la lamentable componenda del PSOE y Podemos para elegir el nuevo presidente de RTVE. Una dice que la radio y la televisión públicas fueron plurales e independientes con el PP sin atisbar un rictus de ironía y la otra afirma que el próximo Informe Semanal lo va a presentar Monedero. Como si con Rajoy la tele no hubiera sido manipulada políticamente hasta la extenuación.
Tal y como están las cosas, apenas notaríamos diferencias partidistas y sectarias entre una tele con telediarios dirigidos por el nefasto Urdaci y un Informe Semanal presentado por Monedero. No hay que olvidar que Aznar nombró presidente de RTVE a un diputado de su partido. Esa es la tele plural, imparcial y objetiva que nos venden malamente los liberales del PP. Y lo peor es que algún insensato quiere comprársela.
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