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Risco Caído Gran Hotel vs planificación del turismo

Carlos García

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El Turismo es hoy en día una industria global de la que, apropiadamente, se puede decir que mueve el mundo. Con el avance del siglo son muchas las personas que hacen turismo por todos los continentes. Más de 1.000 millones de turistas recorren anualmente las más variadas regiones del Planeta.

Como bien sabemos, las actividades turísticas adquieren una dimensión central en la economía  canaria. Recientemente, desde la presidencia del Cabildo de Gran Canaria se indicaba que Un tercio del PIB grancanario depende de la industria turística, un dato realmente significativo que revela el volumen significativo de visitas turísticas que conoce la isla en los últimos años,  con unas cifras que, se pueden cifrar haciendo una media para los últimos cinco años, en torno a 4.000.000 visitantes anuales.

El crecimiento mundial del turismo es un fenómeno bien documentado y es un hecho constatable que una proporción creciente y significativa de esta industria se basa en la naturaleza y el patrimonio cultural conexo.Asimismo, son muchas las voces que alertan de los peligros que el turismo puede suponer para lugares únicos, plagados de valores patrimoniales,  y para las personas que viven en ellos.

Este puede ser, si no se atiende convenientemente, el caso de del Paisaje Cultural de Risco Caído y los espacios sagrados de montaña de Gran Canaria, localizado mayormente en Artenara y Tejeda, claros ejemplos de municipios cumbreros –poblaciones localizadas por encima de la cota de 1.000 m-, donde la actividad turística comienza a asentarse.

Es por ello que entiendo conveniente apuntar unas consideraciones encaminadas a contribuir en el análisis de este fenómeno, ya no tan nuevo en el ámbito de los municipios aludidos y que,  atendiendo a como sea su desarrollo, podrá repercutir y afectar, con mayor o menor intensidad, a un medio  muy frágil y a la población que alberga.

Como sabemos el Paisaje Cultural de Risco Caído se encuentra en la Lista de Indicativa de sitios nominados para su declaración por la UNESCO como Patrimonio Mundial y en diferentes círculos surgen interrogantes sobre lo que va suceder y muchos nos planteamos. ¿Cómo puede afectar la actividad turística al Paisaje Cultural de Risco Caído y los espacios sagrados de Montaña de Gran Canaria?, ¿puede beneficiar al patrimonio cultural (y natural) que alberga?, ¿también a la población local?

Breve reseña sobre la evolución de la actividad turística en los municipios de La Cumbre

Desde que a finales de los años 50 del siglo pasado se inicia en la Isla la etapa moderna del turismo, transcurrieron varias décadas hasta que surgen en estos municipios las primeras iniciativas privadas, pocas ciertamente, destinadas a ofrecer servicios hosteleros, particularmente restaurantes. También se debe señalar la temprana creación del Parador Nacional de la Cruz de Tejeda, aunque,por una u otras razones, permanecía -durante décadas, desde su inauguración, en los años 30 del siglo pasado- más tiempo cerrado que abierto al público.

Por entonces, durante el período del “boom”, la participación de estos municipios en el “negocio turístico” consistió esencial y exclusivamente en aportar un paisaje natural excepcional, que aún se presenta como el escenario sobre el que se cimientan los principales reclamos propagandísticos de la peculiar la naturaleza insular, fundamental para la promoción turística.

Años después, en la última década del pasado siglo, propiciado por la Iniciativa Comunitaria Leader I, se impulsaron diversas acciones dirigidas a la creación de una oferta de Turismo Rural (TR) en la zona de cumbres y, ya desde el primer lustro de este siglo XXI, se produce un aumento tanto de la oferta como de la demanda en todos los ámbitos de la industria turística en la zona. Algunos datos: A inicios de la presente década se contabilizaban en los municipios citados en torno a 25 Casas de Turismo Rural con unas 120 plazas. Hoy, Enero de 2019, podemos constatar que aquellas cifras se han multiplicado al menos por tres, incluso ya hay un Hotel Rural,y se siguen adecuando más inmuebles a tal fin. Ahora bien, la dimensión de esta aparente explosión de la oferta es relativa. Valga como ejemplo para significar su poca relevancia, en un cómputo insular, la mínima proporción que suponen los visitantes que ocupan estos inmuebles  frente a los más de cuatro millones de turistas que visitaron Gran Canaria en 2018.

Por otra parte, es obvio reconocer que el interés por este tipo de turismo, por razones inherentes a su dimensión y concepción, ha sido marginal, insignificante, y no considerado por la gran clase empresarial del ramo. Sirva para ejemplificar este hecho la poca consideración que del TR tienen los principales patronos de la industria turística de la Isla, cuyos  planteamientos al respecto son inexistentes,  como se evidencia en el  libro Canarias. ¿Líder turístico? (CANTERO, M y MAURICIO J.C. Las Palmas, FCEC, 2012),  una de las principales obras sobre el turismo en Canarias  en la que, negro sobre blanco, mejor se exponen los criterios y propuestas de los grandes empresarios turísticos de las Islas y en la que prácticamente no se cita al  subsector del Turismo Rural. No obstante, y bien al contrario, a escala local cobra indudablemente una gran importancia. Muestra de ello es esa evolución exponencial a la que hemos aludido más arriba, que se puede tildar de un pequeño boom,con su particular incidencia  en el contexto socio-económico de estos municipios y que, si no se tiene en cuenta,puede acarrear un efecto impactante sobre su patrimonio natural  y cultural.

En todo caso, a pesar de que no todas las apuestas han conseguido tener éxito, sí que se puede entender que hay una situación muy favorable para la expansión y consolidación del TR, lo que suscita un renovado interés tanto para los emprendedores como para la comunidad local.  Y ahora, parece que sí, grupos empresariales comienzan a interesarse por las posibilidades que el “turismo” ofrece para la zona aludida. Informaciones que corren por La Cumbre hablan de proyectos de construcción de hoteles(en Tejeda y Artenara), la creación de un glamping (camping de lujo) en este último municipio,..., a lo que cabría añadir el incremento de la oferta de viviendas vacacionales (acogidas o no a las normativas vigentes).

- Que dice el planeamiento vigente en la zona de La Cumbre sobre el turismo

En la actualidad, el Paisaje Cultural de Risco Caído y los espacios sagrados de Montaña de Gran Canaria, con una superficie próxima a las 18.000 Has –en torno al 11% dela superficie insular-, se encuentra afectado por cerca de veinte planes de ordenación territorial, comprendiendo desde el Plan de Ordenación Insular (PIO), los planes de ordenación de los espacios naturales protegidos (sean de la Red Canaria,  de la Red Natura 2000), los planes generales de ordenación municipales, etc.

En general, todos ellos apuestan por favorecer y potenciar el Turismo Rural y/o turismo en la naturaleza, es decir por una modalidad blanda de la actividad, en la que teóricamente se pretende articular una oferta turística en conjunción con los valores patrimoniales (naturales y culturales)que están ahí presentes.

En cualquier caso,es el PIO, definido por la legislación vigente como el instrumento de ordenación general de los Recursos naturales y del Territorio insular, el que en virtud de su posicionamiento jerárquico -situado en la cúspide de la cadena del planeamiento territorial de la Isla- es el Plan que está llamado a plantear los criterios de ordenación al resto de planes que en el ámbito del Paisaje Cultural inciden -sean estos de espacios naturales protegidos, de ordenación municipal, etc.-. Por consiguiente, es el PIO el que concretamente, también en lo referido a la actividad turística, debe marcar las pautas de ordenación y planificación. Ello está recogido de forma específica por la vigente Ley del Suelo de ámbito autonómico que, en su Artículo 96, apartado b),  apunta que corresponde a los planes de ordenación insulares la  Fijación de criterios para estimar la capacidad de carga turística y/o residencial de las distintas partes del territorio y de la isla en su conjunto.

En efecto, tanto en el documento del PIO en vigor, como en el de la propuesta de revisión, se dedican varios artículos de su Normativa a la ordenación del “turismo interior”. En ambos textos encontramos las determinaciones y directrices que han de ser recogidas y asumidas por el resto del planeamiento, sean los planes municipales, sean los planes de gestión de los espacios naturales protegidos y en definitiva por todos aquellos que conforman la cadena de planeamiento.

Sin embargo, lo que planteamos, que en teoría se entiende como evidente, tropieza con una situación administrativa realmente peliaguda, no solo porque queda por dirimir si se aprobará la propuesta sobre el “turismo de interior” contenida en el PIO en revisión o se realizarán otros  cambios que se puedan introducir en el proceso en que se encuentra. Además, como otro añadido a esa maraña, hay que indicar que los Planes Rectores de Uso y Gestión del PR del Nublo y del PN de Tamadaba –que afectan a la mayor parte del territorio-, no solo se encuentran obsoletos –aprobados en 2002 y 2003-, sino que además se encuentran sub iudice.

A nivel de los procedimientos administrativos,nos encontramos con una situación compleja que además deberá conjugarse con las directrices que se proponen desde la UNESCO para los sitios declarados o que optan a la consideración de Patrimonio Mundial.

Planteamiento de UNESCO sobre el Turismo

Los sitios declarados como Patrimonio Mundial son destinos espectaculares, muy solicitados y visitados por millones de turistas. Cómo integrar el turismo en los planes de Gestión de los sitios del Patrimonio Mundial ha sido  una de las grandes preocupaciones de la UNESCO. Desde la aprobación de la Convención del Patrimonio Mundial (1972) y con la paulatina incorporación de más y más sitios a la Lista del Patrimonio Mundial y, por tanto, a la oferta turística, se ha ido comprobando y evaluando la influencia e impactos (pros y contras) que el turismo supone para la conservación y gestión del patrimonio (natural y cultural). Consecuentemente, la incidencia (ya negativa, ya positiva) del turismo sobre el patrimonio está presente en los planteamientos que la UNESCO propone para los sitios declarados como Patrimonio Mundial y es esta una temática de especial importancia, particularmente desde que, en 1999, se sancionó la Carta Internacional sobre el Turismo Cultural que supuso un punto de inflexión en la actitud de UNESCO frente al impacto que la actividad turística incontrolada podría suponer sobre los bienes del Patrimonio Mundial y, a la par, los beneficios que a favor se derivarían de una gestión responsable y sostenible.

Tal es así que la UNESCO ha incorporadoen su ideario el desarrollo de  una estrategia acorde con los principios de turismo sostenible,  como se argumenta en el Programa Patrimonio Mundial y Turismo sostenible. (http://whc.unesco.org/en/tourism/)

Objetivo clave de este Programa es fortalecer la promoción de políticas y marcos que apoyen el turismo sostenible, como un vehículo importante para gestionar el patrimonio cultural y natural, así como el desarrollo de estrategias a través de un amplio compromiso de las partes interesadas en la planificación y en la gestión del turismo sostenible que se centra en empoderar a las comunidades locales.

Asimismo, el Programa se articula siguiendo los Principios del Turismo Sostenible en los bienes del Patrimonio Mundial, elaborados por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), asumidos por UNESCO, y de los que señalamos a los efectos de ilustrar este texto, el Principio 1: Contribución a los objetivos del Patrimonio Mundial que señala:

El desarrollo turístico y las actividades de los visitantes de los bienes del Patrimonio Mundial deben contribuir a la protección, conservación, presentación y trasmisión de los valores patrimoniales de los bienes, y no perjudicarlos. Además, el turismo debe generar un desarrollo socieconómico sostenible y aportar equitativamente beneficios materiales y no materiales a las comunidades regionales y locales de un modo que sea compatible con la conservación de los bienes.

Nota escueta sobre algunos factores que condicionan el desarrollo socioeconómico de La Cumbre

Entiendo pertinente, aunque sea en una apretada síntesis, apuntar una serie de factores que condicionan en general el desarrollo socioeconómico de las poblaciones cumbreras.

a. Demografía

La pérdida de población de los municipios cumbreros comienza a percibirse como una cuestión grave, unos pocos datos lo confirman. En el transcurso del siglo XXI, en apenas dos décadas, la población de Artenara y Tejeda (datos a 1 de Enero de 2019) ha descendido en un 44% y un 33%, respectivamente, situación análoga a la que registran los núcleos de Barranco Hondo, en el TM de Gáldar, y los de la cabecera del Barranco de Agaete, en el TM homónimo, incluidos en la delimitación del Paisaje Cultural.Además, para más inri, se ha de constatar el notorio envejecimiento de población, donde destacan los altísimos porcentajes que ocupa, en todos los núcleos de población del Paisaje Cultural, el grupo de personas de más de 65 años, siempre por encima del 25% del total de la población y que en algunos núcleos alcanza el 50%, etc. En definitiva, podemos concluir que ello es un reflejo de las carencias en recursos humanos, imprescindibles para las actividades productivas, debiéndose subrayar asimismo la escasa cualificación que se detecta para atender las nuevas ocupaciones laborales, no solo turísticas, sino también las vinculadas al Sector Primario

b. Perdida de actividades características del medio rural

Desde hace décadas el mundo rural cumbrero entró en quiebra. El sector primario, aún relevante en su vertiente paisajística, es totalmente marginal desde el punto de vista económico a escala insular. Las explotaciones agrarias y ganaderas relevantes se pueden contar con los dedos de una mano.

c. Espacios Naturales Protegidos

Cerca del 95% de toda la superficie del Paisaje Cultural está declarado como espacio natural protegido, en la que está incluida la totalidad del territorio de los municipios de Artenara y Tejeda. Asimismo, la parte incluida correspondiente al TM de Agaete también es parte de la RBGC, al igual que todo el territorio que abarca el Paisaje Cultural con la excepción de la zona afectada correspondiente a Gáldar (Barranco Hondo y Juncalillo).

Ya comentamos la obsolescencia de los planes de los espacios naturales protegidos, concretamente los de mayor superficie e importancia que afectan al Paisaje Cultural, a lo que habría que añadir grandes deficiencias en la gestión y la mencionada situación judicial.

d. La nueva oferta turística y la gentrificación en el medio rural

También hay que atender  una situación que hoy inquieta, con razón, a muchos vecinos de la zona. Al respecto, cabe hacer una reflexión sobre los que podríamos denominar la “gentrificación”,término que recoge ese fenómeno que viene produciéndose en muchas grandes ciudades, en las que la población local –principalmente en las áreas más deprimidas- es sustituida por personas de clase media alta que van a asentarse en las zonas de la ciudad ocupadas por la población originaria, y donde se observa asimismo, obviamente, el denominado fenómeno de las “casas turísticas”. Ciertamente, el fenómeno no es extrapolable en toda su dimensión a todo el ámbito del Paisaje Cultural, pero en mi opinión si cabe hablar de una cierta “gentrificación en el medio rural”, en el sentido de ocupación de determinadas áreas en la que se pueden observar situaciones encontradas entre los intereses de la “industria turística” y las demandas de la sociedad civil.

Recapitulando, podemos reafirmar que los pueblos de La Cumbre se encuentran ante una situación caracterizada/condicionada entre otros factores por: la eclosión de un “pequeño boom turístico”;la inexistencia virtual de  planificación territorial; las exigencias/directrices UNESCO y la complicada situación socioeconómica, especialmente la derivada de los problemas demográficos citados, entre otras cuestiones.

Consecuentemente, antes tales perspectivas parece en buena lógica que sería beneficioso “abrir el melón”, afrontando  de verdad los problemas y planificando con perspectivas realistas a medio y largo plazo.

En tal sentido, entiendo que sería oportuno realizar un debate formal propiciado por el cabildo –con el apoyo de las corporaciones municipales-,  entre todas las partes interesadas,con el fin de articular las bases de un acuerdo que permita desarrollar un plan específico sobre la actividad turística, consensuado entre las administraciones y los grupos de interés, y que aúne los objetivos de protección y conservación del Patrimonio (Natural y Cultural) con los de un uso sostenible para este territorio.

Finalizo, con una última reflexión destinada a glosar ciertos planteamientos expresados por responsables públicos y privados que alertan ante esta situación. En un caso, se nos dice que no podemos acabar con las gallinas de los huevos de oro y, en el otro, que podemos morir de éxito. Al hilo de estas manifestaciones queremos plantear que la realización de un PLAN específico, decidido de común acuerdo por todas las partes, administraciones públicas y la sociedad civil, para favorecer un turismo que se apoye y defienda efectivamente este Paisaje Cultural, que además opta a ser patrimonio mundial, no es una entelequia, sino que seguramente es una de las pocas opciones que quedan para el futuro de La Cumbre.

Esa iniciativa pasa por salvaguardar de los excesos a esa gallina ideal (de la que ya se hablaba en la Grecia clásica)y por planificar el “negocio” para evitar morir de éxito como haría un empresario de pro.

Nos encontramos ante una  nueva oportunidad para las poblaciones de la cumbre, quizás la última,  para organizar de forma sostenible un sistema que impida su desaparición. Ahora bien como nos empeñemos en hacer en el Paisaje Cultural de Risco Caído un gran hotel, o muchos hotelitos, y muchas casitas rurales, sin orden ni concierto, no solo mataremos a las gallinas de los huevos de oro, o moriremos de éxito, sino que los pocos niños que aún quedan aquí y las generaciones futuras dirán, podrán achacarnos, lo ignorante y malvados que eran sus antepasados.

El próximo mes de Julio se sabrá si el Paisaje Cultural de Risco Caído y los espacios sagrados de montaña de Gran Canaria pasa a engrosar la lista de sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Ojalá se logré ese objetivo liderado por el cabildo grancanario, pero en nuestra opinión, en cualquier caso, aunque no se logre el preciado galardón,  se debería actuar contando con las líneas expresadas en este artículo. Es decir, contando con la opinión y el consenso de todas las partes en la planificación y gestión del Paisaje Cultural. Es la alternativa que tenemos para que  las generaciones futuras sepan que, cuando llegó esta oportunidad, entre todos desarrollamos una política sostenible pensando no solo en réditos inmediatos, sino atendiendo a la protección de un patrimonio y unos recursos que también les pertenecen a ellos.

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