Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Soberanía industrial canaria?
El plan insular de ordenación urbana Doxiadis 1969 planteaba como alternativa para Tenerife una apuesta por las industrias de montaje, orientadas al mercado internacional y reservaba dos grandes áreas de preferente localización de industria manufacturera y pesada (germen de los polígonos de Granadilla y Güímar). Planteaba ya dos aeropuertos para Tenerife, y los aún inexistentes puertos en la zona geográfica de Fonsalía, en el sur de la isla, y en el Puerto de la Cruz. También nos hablaba del anillo insular que rodease la isla en forma de autopista, proyecto que aún sigue en el limbo de los desiderátum, como también sigue en el limbo del deber ser el polémico puerto de granadilla. La estrategia industrial no cuajó. La ausencia de un régimen liberal democrático impidió la creación de una clase media emprendedora. Y de aquellos barros nos vienen estos lodos. La mayoría de los proyectos del plan siguen aún sin implementarse de forma efectiva.
Hoy a la industria canaria se le sigue negando por los actores decisorios una capacidad plena para incidir destacadamente en el desarrollo económico y diversificado de este territorio, dado su escaso peso económico (supone apenas un 6% del Producto Interior Bruto (PIB) archipelágico y no genera más allá de un 8% del empleo total).
De Gran Canaria podríamos decir más de lo mismo. La industria estuvo centralizada en las actividades portuarias y de transformación del sector primario, sin que existiese una industria de transformación de productos pesados en sentido estricto, ante la ausencia en el conjunto archipelágico de recursos naturales a explotar. Un ejemplo de este despropósito industrial que también afectó a Gran Canaria es la llamada chimenea Swanston, ubicada en uno de los patios de un colegio de Las Palmas de Gran Canaria? Vinculada a la industria harinera durante décadas, fue industria mecánica (taller) y fábrica de jabones de 1962 a 1980. Pero el paso del tiempo la ha llevado al olvido y al desuso. La última chimenea industrial de la ciudad de Las Palmas, una reliquia construida en el año 1900, languidece con el paso del tiempo... La metalurgia y la reparación naval; la industria textil... Todas ellas intentaron una diversificación que fue imposible? ¿Qué queda de las sinergias en activos y de la inversión productiva de nuestra industria minera hidráulica?
En el hoy es más de lo mismo? ¿Por qué no se invierte en energías alternativas lo suficiente para acabar con nuestra dependencia petrolífera, por qué no se invierte en la energía de las olas, en la eólica y en la solar hasta llegar al autoabastecimiento archipelágico? ¿Dónde están las inversiones estatales para financiar los transportes ferroviarios de Tenerife y Gran Canaria? Si llegan, llegarán en ¡30 años! según el pacto de legislatura 2010-2012 CC-PSOE? Largo me lo fiáis. ¿Por qué no se convierte al Puerto de la Luz de Las Palmas en puerto de referencia para el comercio europeo y americano con África? El Gobierno de Canarias nos ha presentado una estrategia industrial hasta el 2020. Pero ya vemos que el papel, en política, lo puede todo. ¿Dónde están las prometidas inversiones industriales del Plan Canarias del Estado? ¿Dónde el NAP tecnológico de Tenerife?...
De cada una de nuestras siete islas podríamos seguir afirmando entropías? ¿Nadie habla ya de cómo va en verdad el proyecto El Hierro sostenible?
¿Cuánto se ha empleado de la Reserva de Inversiones en Canarias para crear industria tecnológica innovadora? ¿Por qué las islas siguen siendo en un 95% dependientes de los hidrocarburos? ¿Quién se beneficiará del petróleo que se decida explotar en las aguas atlánticas entre Canarias y Marruecos? ¿Repsol o Rabat? La Zona Especial Canaria-ZEC, nacida en el marco del REF canario y vigente desde 1994, cuenta con un total de 762 proyectos, cuya inversión es de 1.508 millones de euros y 11.861 empleos. ¿Pero son creíbles esos datos, cuando el paro registrado en las islas es el que es, y asciende a 260.273 parados en Canarias?
Quizás estemos ante más de una generación perdida. Pero no perdamos las futuras que están por venir. La diversificación económica es del todo necesaria si queremos la supervivencia archipelágica y la soberanía industrial, económica y alimentaria. Después del más talento y menos cemento se nos dice ahora que será de nuevo el turismo el que nos vuelva a sacar de la crisis.
¿Cuándo se apostará en verdad por la innovación y el desarrollo, por un nuevo marco productivo y por la deseable diversificación económica? ¿Tendremos que esperar otros 40 años para verlo, o quizás emigrar como hicieron nuestras generaciones pasadas en la búsqueda de la felicidad deseada? Las palabras se las lleva el viento. Y los hechos no son los que en verdad deberían ser?
José Carlos Gil MarÃn
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