Solicitud de altos vuelos

He leído en Internet que ha creado usted una nueva compañía aérea en Canarias y necesita pilotos. Esta es la ocasión que esperaba para demostrar mis cualidades como experta en el tema y en cualquier asunto relacionado con tan hermosa profesión. He pensado que ahora que mi marido está jubilado y sufre una estimable invalidez, no habrá mejor manera de ocupar mi tiempo libre y llevar a cabo uno de mis sueños: ser alguien en una compañía como la suya.

Según parece la nueva empresa que está usted poniendo en marcha va a realizar vuelos a África y a donde se tercie. Lo de África es lo que más ilusión me ha hecho. Mi dilatada experiencia en ese continente y mi conocimiento del bubi y el pamue me convierten en imprescindible en cruceros de semejante altura. Visto que en otras compañías vuelan sin un motor yo puedo hacerlo sin manos, y sé por experiencia que esto último me puede dar muchos puntos en su nuevo proyecto.

Por esta razón he decidido enviar mi solicitud cuanto antes aunque me han dicho que a lo mejor llego tarde, que los del gremio se andan dando bofetadas por trabajar en ella y algunos ya están haciendo los cursos de reciclaje. No me amedrentan semejantes comentarios, antes bien, la idea de la competencia me da mayores ánimos. Me ofrezco como azafata, reinona del aire, directora de recursos humanos o, a ser posible, comandante, que es lo que realmente me gusta. Compañeros míos expulsados de otras compañías aéreas de cierto prestigio están enviando el currículo, pero yo espero salir elegida por mis cualidades intrínsecas.

Debo añadir que tengo dos hijos en paro. La niña puede trabajar como azafata y el varón como director de operaciones que habla chino y está muy puesto en asuntos literarios lo que puede darle un mayor caché a la nueva empresa. Ya sé que en los aviones no hay tiempo para lecturas, pero a lo mejor es válido para relaciones públicas o llevar el tema de la prensa por aquello del cuento chino (perdón por el chiste tan malo).

En cualquier caso, ser tan dispuesta puede ofrecerme ciertas ventajas delante de una empresa de tan altos vuelos y dado que será la cuarta que se dedica a transporte tan esencial en nuestros aires, no creo que esté de más añadir a mis competencias la de ser una excelente intérprete del guanche además de las dos lenguas ya citadas, por lo que puedo hacer de traductora a la hora de entablar relaciones diplomáticas con países que se presenten en la hoja de ruta.

Quedo a su entera disposición a partir de este momento para lo que necesite.

Suya afectuosísima.

Elsa López