Soria en la encrucijada

Menudo papelón. Mejor no seguir comentando esta barbaridad soriana, que me puedo pasar de adjetivos calificativos. Pero con el tema de Fuerteventura nuestro hombre está tan nervioso que incluso ha recurrido a los métodos más execrables del estalinismo, y no sólo ha organizado una purga contra los afiliados majoreros del PP, sino que la cosa ya llega a progrom que organiza y ejecuta por órdenes de Soria el exlegionario Juan Santana, ahora líder de los pocos populares que quedan adscritos al partido de Mariano Rajoy en la Maxorata. La purga de Soria en Fuerteventura contra más de cien afiliados describe la catadura moral de este personaje, porque la suspensión de militancia se ha hecho en todos los casos por “gestos de indisciplina y actitud agresiva”, con lo cual me reafirmo en mi idea de que Soria es un estalinista de tomo y lomo. Si por un gesto de indisciplina, que quiere decir actitud critica, y por agresividad política se toman estas determinaciones, a Paulino Rivero cuando le dijo en el Parlamento de Canarias a Juan Fernando López Aguilar que era un chikiliquatre habría que mandarle a Siberia en invierno.

Otro de los argumentos sorprendentes de José Manuel Soria para suspender de militancia a “los cien de Fuerteventura” fue que estos iban a escuchar a Domingo González Arroyo, y digo yo que eso me parece lo más normal, que unos afiliados vayan a escuchar a quién fue presidente insular del PP para conocer sus argumentos, y ahora tiene el líder majorero tiene un contencioso político de largo alcance con el presidente regional. Precisamente Domingo González Arroyo declaró recientemente que Soria es el presidente de las presuntas corruptelas, y para más detalle concretó en Canarias 7 que ya habría dejado al Partido Popular y la política para que se aclare lo de las camas turísticas de Anfi de Tauro, Telde, Mogán, la Gran Marina, el alquiler de la casa de Esquivel, el caso eólico, todo esto enúmero González Arroyo en sus declaraciones y de momento no se sabe que Soria se haya querellado. Mucha gente se pregunta el motivo, pero seguro que no dirá esta boca es mía en relación al puyazo del Marqués de la Oliva, y dos solares. Pero quién si está dispuesto a hablar de nuevo del caso Tindaya es Domingo González Arroyo, y si cumple su palabra y tira de la manta tindayana presiento que el otoño político va a resultar interesante. El otoño, el invierno y hasta la primavera próxima. La cuestión no es moco de pavo, porque a todas estas el Gobierno canario tendrá que pagar a Bittini 92 millones de euros (noventa y dos), y tal como está la cosa de la estanflación, desaceleración, y el ajuste intenso, habría que aclarar bien todo este embrollo, y no parece tampoco de recibo que sea ahora, por despecho y cabreo, cuando González Arroyo esté dispuesto a aclarar el tindayazo. Ya ven como anda Soria en su encrucijada, y encima ha organizado un congreso regional del PP para que los afiliados díscolos en pleno mes de agosto apenas se enteren del mismo. El personaje se las trae organizando entelequias.