Sumar sin lealtad es retar: ayer y hoy
No habían pasado muchas horas de la derrota electoral de las izquierdas, donde unos perdieron más que otros, y el presidente Sánchez anunció sorpresivamente el adelanto de las elecciones generales. Parece que las próximas elecciones generales se celebrarán el 23 de julio. Pero con el tambaleante panorama político se teme la subida de la extrema derecha como en Italia y otros países europeos.
Cabezas de ratón antes que cola de león
El refrán español que dice que “más vale ser cabeza de ratón que cola de león” se refiere a la autoridad o importancia que un individuo posee en un pequeño grupo, bien sea laboral, religioso o de otro tipo. Y en la política española hemos visto proliferar los partiditos cabezas de ratón que querían el protagonismo de sentarse en un pequeño trono antes que ser parte de algo más grande. Para algunos individuos es muy halagador y satisfactorio estar en un puesto donde sus opiniones son apreciadas y ejecutadas pretendiendo lograr un determinado proyecto.
La división entre Drago Verdes y Unidas Sí Podemos ha hecho que se queden sin representación en el Parlamento de Canarias. Vox con un numero de votantes similar a las mencionadas formaciones consigue escaños y entra en el Parlamento. Y lo ocurrido en Canarias se ha repetido en muchas provincias de España.
Según el artículo 44 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, “los partidos y federaciones que establezcan un pacto de coalición para concurrir conjuntamente a una elección deben comunicarlo a la Junta competente en los diez días siguientes a la convocatoria”. La norma añade que en esa comunicación se debe hacer constar la “denominación de la coalición, las normas por las que se rige y las personas titulares de sus órganos de dirección o coordinación”. Una buena cantidad de detalles que, hoy por hoy, no están definidos. Habría, además, otros 10 días, para la configuración de las listas, que deberán quedar conformadas el 19 de junio.
Yolanda Díaz pisó en falso, al pisar el acelerador antes de las Elecciones y de sus resultados municipales queriendo ser, “humildemente” (según sus propias palabras), la próxima Presidenta del gobierno de España. Sumar ya se ha registrado como partido para “agrupar” dentro a “todas las formaciones políticas que compartan el proyecto de país para la próxima década”. Esta nueva organización se llama Movimiento Sumar y se impulsa con vocación “instrumental”, o sea, como un instrumento jurídico o herramienta que sirva para presentarse a las elecciones y para poder coaligarse con las otras fuerzas.
Fuentes de Sumar aseguraban que la creación de este nuevo partido era para “facilitar la confluencia”. No en vano, el “reto” que ha asumido Yolanda Díaz es liderar una alianza de una quincena de organizaciones políticas para las elecciones generales del 23 de julio en la que estén, entre otras IU, Catalunya en Comú, Más País, Compromís, Chunta Aragonesista o Verdes Equo.
Sobre sumas políticas y matemáticas
La suma, también llamada adición es una operación matemática básica perteneciente a la aritmética de los números naturales, racionales, enteros, complejos y reales. Las propiedades de los números reales son un campo numérico con miles de años de antigüedad pero fue a mediados del siglo pasado, cuando los matemáticos entendieron sus fundamentos y la forma en la que está construido.
En el conflicto originado por la creación de Sumar unilateralmente y sin consenso con Podemos, hay críticas y reproches. En la polémica se han dicho muchas cosas. Y se han quebrado muchas relaciones y organizaciones.
“No se sabe ni quien hay en Sumar”, ha dicho el secretario del PCE antes de las actuales elecciones municipales en entrevista pública en El Tablero… ¿Si no se sabe ni quien hay, cómo se puede exigir que Podemos o cualquier otro se someta ciegamente a una nebulosa que no se sabe quién está detrás? – sería un pregunta lógica. Por otro lado, también comunista, después de su actual victoria electoral en Zamora (una capital de derechas desde la entrada de la Democracia), Francisco Guarido, candidato de Izquierda Unida por Zamora ha dicho que Sumar es “otro batiburrillo de partidos, pero no queda otro remedio”.
Yolanda Díaz tiene el mismo apellido que yo, Emilio Díaz, pero no somos de la misma familia. Yolanda pertenece al Partido Comunista, yo fui hace años desde mi temprana juventud (año 1956) miembro del mismo hasta que por mi posición crítica se me arrinconó con maniobras a mis espaldas avaladas por la entonces nueva dirección de Gerardo Iglesias y su acomodamiento con los jefes de la entonces existente Unión Soviética y sus decisiones burocráticas que llevaron a la invasión de la Checoslovaquia socialista y a la justa crítica de partidos comunistas europeos, entre ellos el PCE dirigido por Santiago Carrillo. No pueden ser calificados de stalinistas los de aquel Gerardo Iglesias que tampoco es de la misma familia que Pablo Iglesias de Podemos, porque el PCE no estaba en el Poder, y hacía tiempo que no se bendecían en la URSS los métodos sangrientos. Pero eran maniobras cobardes y sucias. Así de claro. Tiempo más tarde, los mismos que habían empleado aquellos métodos me pidieron que volviera. Pero no lo hice. Para muestra, un botón me bastaba.
Para mí, entonces y ahora, ayer y hoy, la lealtad y la palabra dada eran y son cuestión de honor. Posiblemente algo anticuado en estos tiempos de velocidades digitales y cambios de chaqueta, de camisa y de convicciones. Se conoce como lealtad al carácter de una persona, cosa o animal leal. El término de lealtad expresa un sentimiento de respeto y fidelidad hacia una persona, compromiso, comunidad, organizaciones, principios morales, entre otros. El término lealtad viene del latín “legalis” que significa “respeto a la ley”, no refiriéndome yo a la ley escrita, sino a la Ética.
El término leal es un adjetivo usado para identificar a un individuo fiel en base a sus acciones o comportamiento. Es por ello, que una persona leal es aquella que se caracteriza por ser dedicada, y cumplidora e inclusive cuando las circunstancias son adversas, así como defender en lo que cree, por ejemplo: un proyecto.
Lo opuesto a la lealtad es la traición, es la falta que comete una persona en virtud del incumplimiento de su palabra o infidelidad. La falta de lealtad describe a una persona que engaña a sus compañeros, familiares, y expone o abandona su propia honorabilidad.
La experiencia y las enseñanzas, buenas y malas, que dan los años, me han hecho ver que en todas las ideologías y sistemas hay toda clase de personas:honestas, oportunistas y malvados. La ingenuidad de creer que alguien por ser cristiano es bueno siempre y en todo momento, es olvidar que somos pecadores. Pero en las filas de las ideologías socialistas, democráticas o de cualquier tipo, incluyendo las marxistas, hay también “pecadores” que traicionan, e incluso asesinan, como ocurrió con el stalinismo. Y eso, que vale tanto para el resto del mundo, desgraciadamente no excluye a España ni a los españoles.
Cuando Pablo Iglesias dimitió de vicepresidente
Recuerdo que en el año 2021 Pablo Iglesias que había entrado a formar parte del primer gobierno social-comunista en la Democracia de la Constitución del 78, creador de Podemos junto con otros insurgentes del movimiento del 15M, ese Pablo Iglesias que quería “asaltar” los cielos había renunciado al puesto de vicepresidente del Gobierno para apoyar a las elecciones en Madrid. Tal decisión fue resultado también de la ultra-campaña orquestada por los poderes económicos contra Pablo y su esposa, a niveles personales de acoso, amenazas e injurias.
No sólo eran insultos. También habían amenazas de Muerte. Para los desmemoriados hay que recordarles los sobres con balas, interceptados policialmente aquel 22 de abril, dirigidos a Pablo Iglesias, también al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. Se amenazaba a los destinatarios y en el caso de Iglesias también a su familia, hijos incluidos.
Los representantes de Vox se negaron a condenar los hechos, llegando incluso a poner en duda la autenticidad de tales cartas. Eso originó un choque frontal. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, recibiría el lunes siguiente un sobre con una navaja ensangrentada, cuyo remitente sería localizado por la Policía y detenido.
Lo inédito en la política española
Tras el resultado electoral madrileño no satisfactorio Pablo Iglesias dijo: “Dejo todos mis cargos. Dejo la política, entendida como política de Partido, como política institucional”. La Derecha se frotó las manos e incluso ya calientes las adineradas manos, coreó con aplausos tal decisión tomada en un ambiente político de enorme crispación a nivel nacional.
El acto de renuncia voluntaria de Pablo Iglesias a la Vicepresidencia era inédito en la política española, donde parecía que los políticos se agarraban a los cargos como el naufrago a la tabla de salvación. Yo, personalmente, comprendo que a nivel personal le significaba un respiro, pero que políticamente no era a mi entender ni lo necesario para el país ni lo justo.
Hay quien ha creído que todo estaba atado y bien atado. El relevo en Unidas Podemos se precipitó, quemando el necesario proceso de debate que se pretendía desarrollar en un horizonte de dos años para situar a Díaz como vicepresidenta segunda y próxima candidata de la formación morada en las elecciones generales. “Creo que digo algo que sienten millones de personas de izquierdas en toda España si digo que Yolanda Díaz puede ser la próxima presidenta del Gobierno de España. La gente de Podemos, la gente de IU, de En Común Podem, y de izquierdas de este país tenemos que apoyar a Yolanda Díaz para que si ella así lo decide y así lo quiere la militancia de nuestras organizaciones sea la candidata de Unidas Podemos en las próximas elecciones generales y la primera mujer en ser presidenta del Gobierno de España”, concluía Pablo Iglesias en el mensaje con el que bendecía a su sustituta. Pero tal bendición quizás la beatificó, pero no la santificó, como se vería después.
Su sustituta en el Ejecutivo siguió como ministra de Trabajo, mantuvo su cartera y asumió así el liderazgo de Unidas Podemos en la coalición, como nueva vicepresidenta segunda, y futura candidata en las próximas generales. El Ministerio de Asuntos Sociales quedaba en manos de la podemista Ione Belarra, secretaria de Estado para la Agenda 2030. Los relevos parecían consensuados con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
“En política hay que tener valentía y entender cuándo hay que dejar paso a nuevos liderazgos”, argumentó el secretario general de los morados en un breve mensaje en vídeo enviado a la militancia. Todo estaba atado: “Yolanda Díaz puede ser la próxima presidenta del Gobierno de España”. Pero sus palabras no fueron, como dije antes, una bendición santificadora, y lo atado no estaba bien atado.
La designación de Yolanda trastocó muchos planteamientos y trastocó en ella su pretendida corona de independiente pues la rodeó de una incómoda expectación. No sabemos si tenía anteriormente sus propios planes secretos, pero al aceptar la designación no hizo ningún juramento de lealtad. Y su propia agenda, que nadie puede creer que fuera único y exclusivo producto de su cabeza, sino que tuvo que ser elaborado, consensuado, maquinado y aprobado por sus compañeros del PCE.
Durante bastante tiempo trató de esquivar el debate sobre su candidatura. Nuestra gallega no se cansaba de repetir que todavía no tenía todos los pétalos de la margarita que deshojaba en la mano ni podia abandonar sus tareas al frente de Trabajo ni como vicepresidenta segunda. Pese a ello, durante el Centenario del PCE apareció con todo bien masticado.
Desde el 2015, a nivel del Estado, había una mayoría social y política en la izquierda. En 2020 había resistencias del PSOE y de las oligarquías económicas de España. Pero sólo después de la ascensión y presión de Podemos el PSOE accedió al Acuerdo de coalición, con repetidos ataques de los antiguos jefes como Felipe González y Alfonso Guerra. Con Podemos se rompe el panorama monotemático y bicromático antipluralista del bipartidismo PP-PSOE y se entra en el verdadero país que es España en su pluralidad regional, nacional, lingüística y pluricultural, pese al bombardeo continuo de los detractores mediáticos con dineros millonarios. Y ello se debe a Podemos y a Pablo Iglesias.
Pero un buen día, coincidiendo con el Centenario del PCE, cambian las cosas. Y la señora Ministra por obra y gracia de Pablo Iglesias, anunció un nuevo Proyecto personal y político: Sumar.
Según Yolanda Díaz tenía que ser Podemos quien explique por qué, según ella, “en un día tan importante para España, no estaban en el acto” de la formación Sumar elaborada unilateralmente por la vicepresidenta. No sé si el Acto fue importante para España, pero es evidente que sí lo fué para Yolanda y sus camaradas del Partido Comunista. Ella y sus colegas de PCE llegaron al Gobierno gracias a Podemos y a Pablo Iglesias. No hay que olvidarlo.
Javier Aroca, periodista victima de las odiosas listas negras de la Derecha y despedido y perseguido por sus opiniones. se expresó claramente en Hablando Claro (TVE), recalcando que nunca había visto a la derecha y a la prensa conservadora “tan interesadas en la unidad de la izquierda”. Y luego añadió: “Yo me imagino a la señora Calviño, que es muy buena ministra y no es militante del PSOE, de pronto, como lo hace tan bien, crear una plataforma, declararse candidata de esa plataforma y pedirle a Pedro Sánchez que se sume. Al menos me cuesta trabajo creerlo”. Y sobre las autonómicas y municipales de Mayo estimó que “son muy importantes para impedir que llegue la extrema derecha” e irónicamente deseó que toda “esta nueva izquierda tan entusiasta y tan ilusionada ayude a que los resultados sean buenos para la izquierda”. Por desgracia no fue así.
La labor desempeñada por el actual Gobierno social-comunista presidido por Sánchez no ha podido ser perfecta, pero ha dado un impulso politico, cultural y económico que ha levantado a España a un nivel europeo. Si el PP sube al Gobierno muchos de los que han votado por él verán congelar sus sueldos y derechos.
Ahora, tanto Podemos como Yolanda Díaz tienen que ponerse las pilas si quieren que haya una formación unitaria de izquierdas en las Elecciones Generales y que no ocurra como en las municipales y autonómicas donde tantos ratones comieron queso pero ninguno llegó a ser león y rey de la selva política… Les quedan pocos días.
0