Espacio de opinión de Canarias Ahora
El culo presidencial de Trump y sus últimas ocurrencias
En su última conferencia pública Trump ha invitado a los que le critican a que le besen el culo. No sé si los representantes de algunos países lo harán, lo cierto es que algunos ya lo vienen haciendo teórica y públicamente, si bien no directa ni físicamente en el trasero presidencial. El señor Trump, acusado de ser un cerdo por sus detractores, o no mide sus palabras o se cree por encima del bien y del mal, de las normas éticas y también de la buena educación.
Un día sí y otro también el Presidente Trump ocupa los noticieros. Una noche se pelea públicamente con el ucraniano Zelensky y días más tarde pide al ruso Putin que tenga piedad para Ucrania. En febrero Donald Trump afirmó haber tenido “muy buenas y productivas” conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, supuestamente refiriéndose a la visita a Moscú de Steve Witkoff, enviado especial para Oriente Medio. Y un mes más tarde hace sonar tambores de Guerra. Los receptores de las noticias no saben a qué carta quedarse.
Y la prensa “occidental capitalista” nos estuvo malinformando constantemente de las maldades de la Rusia de Putin, pero siempre con cuentagotas y en voz baja de las opiniones altisonantes y agresivas de Trump y del mismo Zelensky. Ultimamente con la subida trumpiana de los aranceles a Europa, el tono de los noticieros oficiales ha cambiado colocándose la oligarquía europea en el papel de víctima inocente.
Como ha dicho Manu Levin del grupo de Podemos en TVE: “El problema más grave de España es que nos invaden y no es precisamente Putin”
Trump anuncia con bombo y platillo la subida de aranceles a los países que -según él- se han estado aprovechando de los EEUU como es el caso de Europa.
Poco antes de que Trump sentase su aún no-besado trasero en el sillón presidencial en su segundo mandato, Josep Borrel, hispano-catalán y entonces alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores hasta el noviembre pasado, se atrevió a decir y predecir lo siguiente: “sabíamos que Trump iba a alterar el mapa geopolítico mundial, pero esta clase de planteamientos no se le habían ocurrido a nadie. Si a cualquier dirigente político del mundo libre, de un país democrático, se le ocurriera de repente decir estas cosas, la gente se tiraría de los pelos, no sabría si está ante una broma de mal gusto o ante una amenaza real. Creo que a Trump hay que tomarlo en serio en lo que dice. Los que piensan que Trump es una especie de Cantinflas que va por ahí diciendo barbaridades, pero que luego no piensa llevarlas a la práctica, se equivocan. Es más, seguramente detrás de estos planteamientos, hay ya algo concreto que no sabemos”.
En ámbitos europeos se temía y teme que Trump quiera terminar la demolición del actual orden internacional, llamado por algunos “orden para la paz”, incluyendo el organismo de Naciones Unidas. Tal afán de verborrea destructora es parte del segundo mandato de Donald Trump. La ONU que, como dijo su embajadora Nikki Haley en 2017 y 2018, era un lugar indeseable donde “dictadores, asesinos y ladrones denuncian a Estados Unidos y exigen que paguemos sus facturas”.
Así mismo, Trump afirmó que “solicitó encarecidamente al presidente Putin” que se salven las vidas de los soldados ucranianos. “Esta sería una masacre horrible, una no vista desde la Segunda Guerra Mundial”, destaca en una publicación en Truth Social. El ucraniano Volodímir Zelensky ha acusado un viernes a Vladimir Putin de “sabotear la diplomacia” sobre una posible tregua en Ucrania, afirmando que el presidente ruso buscará arrastrar a sus aliados en discusiones interminables sobre el alto el fuego y horas después el mismo Zelensky insta a EEUU y otros aliados a presionar a Rusia, subrayando la supuesta oportunidad de terminar la guerra rápidamente y garantizar la paz. Al tiempo que destaca la importancia de los acuerdos de seguridad con sus socios europeos. “Cada día de guerra significa perder la vida de nuestro pueblo”, sostenía el presidente ucraniano, pero rechazaba conversaciones negociadoras obligando así a continuar la guerra. Y sufrió una reprimenda pública televisada de Trump y su vicepresidente.
¿Enviado de Dios o narcisista?
El omnipresente Trump se cree omnipotente y amenaza y castiga unos días. Otros días ofrece negociaciones. Y sigue ocupando el centro de atención a nivel mundial de los medios informativos. Su conducta es algo más que una muestra de narcisismo personal, es una amenaza al Orden Mundial.
Las personas que tienen el trastorno narcisista tienen un aire de superioridad irrazonable y necesitan constantemente la admiración de los demás. Sienten que merecen tener privilegios y recibir un trato especial. Esperan que se reconozca su superioridad, incluso sin haber logrado nada.
Una noticia satírica satiriza la reciente afirmación del televangelista Pat Robertson de que el presidente Donald Trump perdería su “mandato celestial” si retirara las tropas estadounidenses de Siria.
Pal Robertson es el mismo tipo que dijo “Dios me dijo que Trump ganará”. Es curioso lo rápido que cambian las cosas, ¿eh? En las anteriores elecciones Trump perdió: ¿se equivocó Dios o fue Pal Robertson el que entendió mal el mensaje divino?
El presidente aún vive en una realidad alternativa. El influyente televangelista Robertson usó su programa The /00 Club para transmitirle la cruda realidad a Trump. La gente dice que Trump miente, sobre esto y aquello. Pero no, él no miente. Su verdad no es la que creen los otros. Falsamente proclamó haber ganado las anteriores elecciones de Noviembre a Biden y habló de fraude masivo. Dado que es un elegido de Dios, los otros se equivocan. Él es infalible.
Pero eso no afectó al Electoral College. Robertson predijo que Biden no estaría mucho tiempo en el poder. Como así ocurrió. Y tampoco a Kamala Harris. En sus emisiones Pal Robertson alcanza diariamente a unos 650.000 espectadores. Antes, durante y después predijo que navegaría hacia la Victoria. Pidió que rezaran por la Victoria Trumpiana salvando a los USA del peligro terrible del Socialismo amenazante.
El 4 de febrero pasado, Donald Trump informó al mundo que Estados Unidos se propone hacerse dueño de la Franja de Gaza. Primero, tomar el control. Luego, demoler para construir en ese territorio la “Riviera de Medio Oriente”. Y para ello postula llevar a cabo una limpieza étnica —como la iniciada en su país contra los latinos— para sacar de allí a más de dos millones de palestinos.
Así describió su “transacción inmobiliaria” teniendo a su lado al que algunos árabes llaman nazi-sionista, Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel: “Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza y haremos un trabajo con ella también. Seremos sus dueños y seremos responsables de desmantelar todas las bombas peligrosas sin explotar y otras armas en el lugar (...) Si es necesario, lo haremos, nos haremos cargo de esa parte, la desarrollaremos, crearemos miles y miles de puestos de trabajo, y será algo de lo que todo Medio Oriente podrá estar muy orgulloso”.
En las primeras 4 semanas de su nuevo mandato hubo otros anuncios de Trump que provocaron estupor. Como su deseo de convertir a Canadá, su vecino del norte, en el estado 51 de Estados Unidos. O su intención de comprar Groenlandia a Dinamarca, lo que responde a la hegemonía mundial que se propone. Steve Bannon, su brazo derecho (Trump no parece tener brazo izquierdo, sino dos derechos. La palabra izquierda es palabra maldita) en su primer periodo presidencial, describió esta estrategia al referirse en entrevista reciente con Ross Douthat: “La idea del presidente Trump de pensar en la defensa hemisférica desde el Canal de Panamá hasta Groenlandia es genial. Y como oficial de la marina, les diré que tiene mucha lógica”.
Retomar el control del Canal de Panamá, cuya soberanía recién fue entregada por EEUU en 1999, es un paso estratégico. Para ello, Trump envió a Marco Rubio a Panamá el primer día de febrero. Su primera visita oficial como secretario de Estado del nuevo Gobierno estadounidense. Y su objetivo: disminuir la presencia de China en Centroamérica. Rubio avisó al presidente panameño, José Mulino, que la influencia china en el canal era “inaceptable” y le advirtió que, de no haber cambios “inmediatos”, su Gobierno tomaría las “medidas necesarias para proteger sus derechos”. Lo cual es lógico ya que los Estados Unidos son dueños del Mundo por voluntad de Dios. Y su Presidente el portavoz de tal Voluntad.
El billete de un dólar muestra una pirámide incompleta de 13 escalones con el Ojo de la Providencia encima de ella. Debajo de la pirámide está escrito “Novus ordo seclorum”, lo que se interpreta como una indicación de una conspiración con el objetivo de establecer un “Nuevo Orden Mundial”.
Si la hegemonía americo-republicana se continúa imponiendo, uno puede imaginarse lo inimaginable. Como en el mundo literario de la novela 1984 de George Orwell. 1984 es la antiutopía o distopía más célebre de todas cuantas fueron escritas durante la primera mitad del siglo XX. En ella, Orwell presenta un futuro en el que una dictadura totalitaria interfiere hasta tal punto en la vida privada de los ciudadanos que resulta imposible escapar a su control. Orwell la escribió entre 1947 y 1948.
Si el poder de Trump se reafirma y extiende se puede pensar en un avance neototalitario en la América domesticada medialmente. Y si se establece un nuevo Orden al gusto de Pal Robertson y Trump, entonces en ese nuevo Orden será un honor y no un insulto el besar el culo al Elegido. Y el deseo de Trump expresado en su discurso público se puede convertir en realidad.
Y se hará voluntariamente(?) obligatorio un nuevo Credo, nacional e internacional en su validez política.
El Credo tradicional y antiguo dice: Credo in Deum Patrem omnipotentem. Creo en Dios Padre Todopoderoso. In sæcula sæculorum es una locución latina que significa literalmente por los siglos de los siglos y en lengua coloquial para siempre o eternamente.
Ahora se podrían hacer presidencialmente algunas modificaciones. Así se deberá creer lo siguiente: Credo in Trump Presidentem omnipotentem.
V: Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
R: Sicut erat in principo, et nunc, et semper: et in saecula saeculorum. Amen.
V: Introibo ad altare Dei.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
V: Entraré al altar de Dios.
Y los fanáticos seguidores trumpianos y trumposos podrán modificar el texto diciendo: Se culo rum trump.Y el besar el culo presidencial será un honor y no una afrenta. El mundo real que antes parecía imposible puede parecerse al de la novela de Orwell que ilustra la manera en que un individuo se ve afectado ante un gobierno represivo. Así, todos los aspectos de su vida se ven comprometidos, desde sus pensamientos, deseos, relaciones personales y familiares, hasta la forma en cómo puede o no mover su cuerpo. Y naturalmente votar correctamente por el buen Presidente.
Ese es un mundo que pocos pueden desear, pero no debemos olvidar que lo que parecía imposible se hizo sangrienta realidad en la Alemania de la primera postguerra-mundial con la victoria de Hitler y su ideología. Y hay que combatir esa posibilidad que nos parece distópica e irreal desde ahora mismo.
Por otra parte: Claro que Trump no es católico. Y encontrará la oposición religiosa y política de los católicos de izquierda y también los de derecha. Y por supuesto con la negativa del Papa Francisco.
Y quizás un rayo justiciero caiga desde las alturas y nos libre a la pesadilla actual y de futuros males.
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