Venezuela: un Dios que vive de las masas de la filosofía de Carlos Marx (V)

El modelo de Estado socialista del siglo XXI en el que se sustenta Hugo Chávez, es un socialismo revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista y que se alimenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base. Nada más lejos de la realidad. Hugo Chávez no aplica, no sabe valorar, comprender el contenido de la filosofía de los cuatro ejes del socialismo revolucionario. Y no lo sabe porque es un analfabeto, formado en una base militar dictatorial, endiosada y obsesionada en el poder como objetivo principal.

Los maravillosos crepúsculos de los Cayos de Morrocoy ya no sonríen como antes. Las fuertes lluvias torrenciales acaecidas en las últimas semanas en Caracas, se vengan de los más pobres Venezuela, inundando sus chabolas y ranchos. Una gran parte de Venezuela sufre; llora ante la locura de un gobernante que insiste en callar las conciencias sociales y las voces de las libertades. La resignación y la esperanza es lo único que tienen en estos momentos miles de personas en Venezuela, pero albergando la ilusión de que en un futuro no muy lejano puedan obtener un día sus derechos, libertad y respeto que le han sido rebatados por el socialismo revolucionario del siglo XXI personal de Hugo Chávez y sus aláteres de Gobierno. Las cárceles están llenas de delincuentes, corruptos y asesinos, pero también de personas inocentes que no aceptan la dictadura del gobernante Hugo Chávez Frías.

Hacinados como animales, malholientes ante la ausencia de higiene, escasez de comidas y huérfanos de asistencia sanitarias, todos estos presos tienen que buscarse la vida en el interior de las respectivas cárceles que hay en Venezuela. Los corruptos y asesinos tienen sus propias bandas y sus propios códigos. Las armas de fuego y las drogas llegan a sus manos por mediación de los funcionarios corruptos. Cada día, los familiares de los presos hacen largas colas para visitar a sus seres queridos y poder llevarles algo de comida y ropas y, que, en la mayoría de las ocasiones son requisadas por los funcionarios de prisiones para su uso personal. Durante mi estancia en Venezuela pude ver la impotencia de cientos de familiares de presos, donde en algunas cárceles hubieron motines y rehenes, exigiendo los presos una mejor calidad de vida y derechos en el interior de las cárceles de Venezuela y la presencia de la ministra para Servicios Penitenciarios, Iris Varela, una mujer dura y muy aferrada a la idea del proyecto Socialista Revolucionista de su jefe, Hugo Chávez.

Rafael Lutzardo