Agragua hace aguas por todas partes, y encima más cara. La última carta enviada a los socios por el consejo de administración de esta empresa, dedicada a la desalación de agua para la agricultura, es de echarse a temblar. Además de confirmar que la Consejería de Agricultura no ha incluido los comprometidos 256.000 euros en sus presupuestos del año que está a punto de terminar (un descubrimiento un poco tardío), informan a sus comuneros que tampoco se hará cargo el Gobierno de los 653.000 euros de deuda acumulada, lo que significa que será la sociedad la que haga frente a tamaño agujero. Agragua, como saben, era un ejemplo de empuje de los agricultures para resolver un grave problema de agua agrícola en la comarca galdense. Lo lideró el Ayuntamiento, con un controvertidfo Demetrio Suárez a la cabeza. Pero meses antes de las elecciones de 2003, tomó el mando de la sociedad Manuel Godoy, al que llaman El Rubio, que primero echó a Demetrio de Agragua, y luego, también por la fuerza de las urnas de la alcaldía. No sabemos si alguien ha salido ganando con el cambio. Agragua seguro que no.