Vaya, por Dios. Ahora lo importante no es lo que se dice, sino si puede haber alguien escuchando que pueda difundir y destrozar lo dicho. Eso es más o menos lo que ha explicado en la radio del que nos salió ranilla (one more time) ese portento de la cirugía que es Antonio Alarcó, candidato en sus horas libres a ser presidente del Cabildo de Tenerife y senador por el tercio del PP. Sus atolondradas, irresponsables y falaces manifestaciones acerca de los terroristas que se inmolaron tras el 11-M en Leganés sólo fueron producto de los que las escuchamos varias veces en una grabación que ofreció la misma radio en diversas ocasiones distintas. Grabación que el propio ranillero envió a Intereconomía (o al menos anunció que las iba a enviar) a mayor abundamiento de la causa conspiranoica del PP. Alarcó dice que hay que tener cuidado con lo que se dice que pueden estar escuchando elementos subversivos que trasladan muy malamente su nítido discurso democrático. Hemos vuelto a escuchar la grabación y, evacuadas las oportunas consultas, seguimos sin detectar la dimisión de tan irresponsable individuo.