Hoy nos lo recordó la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí. Hace ahora cuatro años, cuatro meses y ocho días, el Congreso de los Diputados dio luz verde a una Proposición No de Ley de los nacionalistas canarios que, grosso modo, sentaba las bases para que el resto de las comunidades no se escaqueasen a la hora de recibir a inmigrantes irregulares en el caso de que los centros de acogida del Archipiélago estuviesen saturados. Sobre el papel todo es más que bonito y no hay problema en comprometerse a ser solidarios, hasta que te tocan en la puerta de tu casa, claro. Media legislatura quedaba aún para que José María Aznar saliese por la puerta del Congreso y, seamos realistas, pocas cosas se hicieron en relación a acuerdos de cooperación para el desarrollo con los países del África subsahariana, una de las propuestas de la PNL aprobada. Tampoco se vio demasiado en cuanto a la mediación de España ante los Estados miembros para que la Unión Europea incluyese, como una de sus prioridades, el diseño de una política exterior y de cooperación con África. Pues eso, que de aquellos polvos estos lodos.