Quizás sin pretenderlo, el Parlamento de Canarias ha conseguido que no se produjera un nuevo escándalo político y ha dejado abierta una puerta para que se revisen de modo transparente los expedientes sospechosos. Y no olvidemos que el de Anfi Tauro, en concreto, está envuelto en una preocupante nebulosa desde que Soria viajó al salmón antes de conceder las primeras bendiciones a esa urbanización. Y a Anfi Tauro pertenecen las presuntas presiones ejercidas por Santana Cazorla sobre Domingo Berriel, Salvador Iglesias y Adán Martín. Por eso quizás éste sea un magnífico momento para que se levante parcialmente el secreto del sumario y todos los canarios nos enteremos de lo que nuestras autoridades hablaron con el empresario promotor de ese proyecto. Porque, o mucho nos equivocamos, o hay unas conversaciones que pueden ser la bomba. Y algunas van en sentido inverso a lo que se creía.