A buenas horas ha salido Antonio Martinón, histórico socialista tinerfeño, a posicionarse en el pleito del desequilibrio para ponerse del lado de ATI. O más allá. Sus misiles los ha dirigido exactamente donde ya no hay armas de destrucción masiva, con lo que se ha arriesgado a que todos los coches bomba se los dirijan a él. Mauricio ya no es el conseguidor empresarial que cree identificar en él Martinón, ni lidera movimiento alguno que no sea el de entenderse con los socialistas en la nueva etapa inaugurada tras la salida del PP del Gobierno. Un PP y un Soria a los que salva Martinón, lo que nos lleva a preguntarnos qué opinará de esta postura Jerónimo Saavedra, interlocutor para tantas cosas, o la propia comisión de seguimiento del pacto de Gobierno, donde está Mauricio más del lado del PSOE que de otra cosa. Pero en fin, allá Martinón.