Pero hasta que Juan Fernando López Aguilar no diga esta boca es mía y ejecute el encargo de presentarse a la reelección que le hizo Pepiño Blanco, seguirán las conjeturas y las tiranteces en el PSOE. Eso o que los que quieren al actual secretario general allende los mares saquen a su candidato o a su ejecutiva de salvación. De momento se especula muchísimo, incluso con la posibilidad de que sea Jerónimo Saavedra el que vuelva a coger los trastos de matar y salte al ruedo a batirse con su pupilo. Otras sabias voces del socialismo isleño dan por hecho que lo que quiere en realidad el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y presidente regional es que López Aguilar se retire y deje el camino expedito para personas como Blas Trujillo o Paco Hernández Spínola, o ambos dos, que tanto monta monta tanto. Por eso la presión se produce ahora, tres meses antes del congreso regional. Y por eso nadie saca ningún otro candidato que someter al solajero.