Las distintas varas de medir que aplica Soria ante la corrupción no sólo afectan a los demás partidos políticos, cuyos implicados deben ir a galeras de nada que se les mienta en una investigación. Es que, además, también hay distinto rasero dentro del PP, quizás porque el dos veces imputado penalmente marqués de las dunas goza de una bula especial que lo hace inmune a las medidas disciplinarias del partido. No queremos ni imaginar que la protección se la proporciona la procuradora que lleva los casos del también diputado regional, y que no es otra que Mari Carmen Benítez, esposa del presidente del PP isleño. Ya nos estamos temiendo que la siguiente excusa será que las sentencias condenatorias de González Arroyo no son firmes, con lo que tendremos marqués un quinquenio. Por supuesto que sobrevivirá políticamente a Soria. Y a Larry. Y a Aguedita.