Pero no se vayan ustedes a creer que este contratiempo sufrido por el ex gerente del Patronato de Turismo de Fuerteventura, destituido por ser el responsable de la falsificación sufrida en el expediente mediante el que se terminó pagando indebidamente una factura de noventa y pico euros del coche de alquiler de Manuel Fernández, va a ocasionarle problemas con su futuro político. Muy al contrario, el hecho mismo de conducirse de ese modo, de tomarse los dineros públicos como si fueran los propios de su partido, es un sello de calidad que a estas alturas ya le habrá hecho subir varios puestos en el escalafón de futuros cargos públicos del Partido Popular de Canarias. Y a las pruebas nos remitimos, porque del repaso a las pocas listas electorales hasta ahora conocidas es muy fácil llegar a la conclusión de que los comportamientos indecentes, cuando no ilegales, se premian de manera ostentosa en el PP isleño. Por ejemplo, Mari Carmen Castellano es la candidata a la alcaldía de Telde pese a haber quedado en evidencia cuál fue su modo de operar en ese mismo Ayuntamiento entre los años 2003 y 2007, cuando el caso Faycán. O Francisco Paquirrín González, alcalde de Mogán y gondolero mayor de esos sures, que repite y que, a mayor reconocimiento, ocupa la décima plaza en la lista de Bravo de Laguna al Cabildo. O Jorge Rodríguez, cuyo regreso a la primera línea se da prácticamente por hecha aún a la espera de ir a juicio con jurado por sus labores de intermediación entre empresas corruptas y ayuntamientos corruptos gobernados por el PP.