El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Confundir las churras con las merinas
En el fondo de la cuestión está el deseo de la actual mayoría de gobierno por volver a los tiempos de Soria, cuando la cultura pasó a ser un lujo de difícil digestión municipal. Y el primer objetivo es el festival Womad, que empezó en 1993 en la playa de Las Canteras y que Soria sacó de allí y eliminó por completo de los presupuestos hasta que el Gobierno, de la mano de Olarte, lo retomó en 1996, eso sí, en la Playa del Inglés. Luego regresó a la capital grancanaria, pero sin apenas apoyo económico del Ayuntamiento, que se limitaba a prestar los servicios municipales. Cuando Soria tomó al asalto la Consejería de Turismo, de donde provenían los fondos para el festival, ordenó a Rita Martín que redujera la partida a la mínima expresión, de ahí que el Ayuntamiento fuera quien asumiera desde entonces, 2007, el coste principal del festival. Cardona dice que eso no puede ser y culpa a su antecesor de esa fuerte carga económica. Se equivoca el alcalde cuando equipara el Womad a un concierto con “costes de un promotor”, porque ese festival, perteneciente a la Fundación Womad, de Peter Gabriel, es una marca internacional que las ciudades interesadas contratan en el formato que visita Adelaida, Sicilia, Abu Dabi o Nueva Zelanda. Las instituciones corren con sus costes, adaptados a lo que se exige y se pacta en cada lugar. No es la Fundación Womad la que en esas ciudades busca a los patrocinadores, y salvo excepciones muy concretas, es de entrada libre. Por lo tanto, el Womad se quiere o no se quiere. Y ésa es la decisión que tiene que proclamar Cardona.
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