Es cierto que tanto Evo Morales como Cristina Fernández buscaban desesperadamente sus respectivos golpes de efecto con los que contrarrestar de manera populista sus propias crisis internas, algunas bastante graves y difícilmente reconducibles. Pero el hecho de que ambos jefes de Estado hayan elegido el culo de España para propinar esa patada al inversor extranjero demuestra muy a las claras la imagen de debilidad que el Gobierno de Mariano Rajoy está dando en el exterior. Si eligieron el culo de España es porque España es el que lo presenta más desguarnecido, casi diríamos que en pompa, listo para un buen patadón. Soria, a este paso, será conocido como ministro de Expropiación y Turismo.