En las filas del Partido Socialista Canario hierve el cabreo, como era de prever. Al viento en contra del que habló este lunes Zapatero en su rueda de prensa se unió la presencia de dos candidatos muy poco atractivos para un electorado presuntamente de izquierdas que quería ver en el PSOE algún gesto distinto al dolce far niente. Pepe Segura y Chano Franquis al Congreso no encantaron precisamente, pero menos van a encantar a partir de que, como es previsible, limiten sus profundas meditaciones (desde este lunes todo el mundo ha abierto “profundas meditaciones”) a la ola nacional del PP y a la crisis económica. Desde La Palma llegó ayer mismo la primera deserción, la de la candidata al Senado y ex diputada nacional Mercedes Coello, a la que ya podemos encontrar en su puesto de médico en el Hospital General. A Coello la ningunearon, ni la escucharon cuando quiso hacerse oír ante sus líderes provinciales y regionales. Su deseo de ir en un puesto de salida al Congreso de los Diputados tropezó con el empeño de la dirección de colocar a Patricia Hernández. Se retira de la primera línea, pero no abandona la militancia. El enroque de la jornada lo ha protagonizado Chano Franquis, que no contento con bloquear una ilusoria renovación al Congreso por Las Palmas, ha anunciado que compatibilizará su nuevo cargo de diputado nacional con el de portavoz en el Ayuntamiento de la capital grancanaria, donde también bloquea cualquier posibilidad de renovación. Este lunes dijo en El Correíllo, de CANARIAS AHORA RADIO, que su presencia por primera vez en las listas al Congreso suponía de algún modo renovación. Mejor ni comentamos esa afirmación en forma de churro manido.