Porque de unidad ecopija iba la cosa, pero nada parece que vaya a cambiar en el potaje verde de cada cita electoral. Esta vez la causa tiene nombre y apellido: Arturo Méndez, que sin temor del pleito ni de Don Pepito (hola, don José), viajó de Tenerife a “Canaria” para ser elegido candidato por los canariones. Resulta que en la isla picuda los verdes andan revueltos porque Méndez no ha destacado precisamente por su actividad pública. Por eso hay malpensados que creen que el nombramiento del PVC se ha hecho desde Gran Canaria para hacerle la pirula a Octavio Hernández, que cuenta con más sólidos apoyos en Tenerife y es más conocido como portavoz verde. El nombramiento a la contra interinsular amenaza con provocar un efecto mariposa verde -polilla más bien- que desencadene la desunión electoral en todas y cada una de las islas. Pena de verdes.