Puede ser discutible, es cierto, que las administraciones canarias (Ayuntamiento, Cabildo y Gobierno) se gasten 350.000 euros en subvencionar el concierto de Sting, lo que permitió que las entradas en Las Palmas se vendieran entre 40 y 50 euros (en Granada, entre 35 y 110), según ubicación dentro del estadio. Del mismo modo que puede ser discutible, por poner un ejemplo cercano, que sólo el Ayuntamiento que ahora dirige Cardona, se gastara 625.000 en subvencionar a los promotores del concierto de Shakira, en los estertores de la alcaldía de Pepa Luzardo, también del PP. O que nadie ponga en discusión los tres millones de euros que cada año cuesta el Carnaval a la misma ciudad, cantidad que el PSOE logró reducir a la mitad estos últimos cuatro años sin que se haya abierto el cielo por ello. En Granada, cuando en abril presentaron la gira de Sting, que actuó la noche de este viernes en la plaza de toros, las autoridades cifraron en 800.000 euros el retorno económico por ese acontecimiento, cifra que, aún reduciéndola a la mitad en el caso de la capital grancanaria, cubriría de sobra el esfuerzo público. Tampoco ha hablado Cardona de las compensaciones al Ayuntamiento recogidas en contrato, como las 300 entradas de platea que el promotor entregó al consistorio para sus atenciones protocolarias. El PP y el PSOE se pusieron de acuerdo y se las repartieron a partes iguales. Desconocemos el criterio utilizado para distribuirlas entre los invitados.