Nada, que no hay manera, que a ciertas edades de la vida, por mucho que uno se ponga universal, defensor de la felicidad de su pueblo y máximo ariete de la tricontinentalidad, de donde no hay no se puede sacar. Adán Martín se lo demostró el otro día a los miembros de la comisión organizadora del congreso nacional de instaladores e ingenieros eléctricos. Fueron a verle para pedirle su apoyo para ese cónclave, que se celebró el año pasado en Galicia con el apoyo de Fraga y con la asistencia de casi mil congresistas. Los instaladores pretenden hacer el congreso de este año en Gran Canaria, y se toparon con el subconsciente del presidente de Canarias: “¿Y cuándo lo hacemos en Tenerife?”, fue su primera frase.