Crecen y crecen, avanzan y avanzan, como el conejito de Duracell, las críticas a la otrora compañía española de bandera, también conocida como Iberia. Este verano les hemos traído hasta esta sección tan puñetera algunos memorables acontecimientos, como el alquiler de aquel Jumbo a la Singapore Airlines, operado por Atlanta Airways, con atribulada tripulación española en cabina (aeromozos, para entendernos). Hoy les acercamos las vivencias de muchos usuarios, que sospechan que tras las subidas de precios de los billetes entre Canarias y Madrid y la supresión del papeo de a bordo, se esconden las razones por las que la compañía ha ido convenciendo graciosamente a los clientes que ya tenían billetes adquiridos para que desistieran y devolverles el importe de lo desembolsado. A ver si ahora se lo explicamos mejor.