Tenemos comprobado que las casualidades las carga a veces el diablo. No es casual, por ejemplo, que la inmensa mayoría de la colonia noruega afincada en Canarias se localice en el municipio de Mogán, donde extendió sus negocios el empresario Björn Lyng, promotor de los complejos de Anfi del Mar y generoso amigo de los políticos. Tampoco fue casual la visita que hace poco comentábamos aquí del embajador de Noruega en España, Peter Ludvig Magnus, que se reunió con José Manuel Soria, conocedor de ese país nórdico y de sus costumbres pesqueras. Magnus no vino expresamente a ver a Soria sino a participar en los actos de inauguración de una nueva iglesia noruega en el centro comercial Puesta de Sol, en Arguineguín, Mogán. Además del diplomático, asistieron a ese acto la cónsul de Noruega en Las Palmas, Gry Rustad y el obispo de Bjorgving (iglesia estatal de Noruega), Ole D. Hageseter. Por parte nativa asistieron el alcalde de Mogán, Francisco González, y la concejal de Servicios Sociales, Carmen Rosa Hernández. Paquirrín ha anunciado que el Ayuntamiento tiene previstas algunas acciones encaminadas a establecer mayores nexos con la colonia noruega. Lo que nos lleva a recomendarle prudencia y contención, que se empieza por ahí y se termina como se termina.