No todo en el CCN son obtusas maniobras para tetar y destetar a propios y extraños, a compañeros de partido y enemigos íntimos. No sabemos si por falta de personal cualificado o por bisoñez política, el caso es que su secretario general en Gran Canaria, Matías Campos, cometió este miércoles un acto inédito en la política local. Lo podemos interpretar por la vertiente chusca, la de la compra de voluntades que tanto parece imperar en ese Cabildo. Pero preferimos quedarnos con la versión ofrecida por él: si Isabel Guerra “lo hizo muy bien” en el área de Empleo en el recién concluido mandato, ¿por qué no iba el CCN a ofrecerle a ella o a Carolina Darias el puesto de coordinadora de esa área, dependiente de este consejero no electo? Lo hizo, se la ofreció, y la respuesta de Carolina Darias fue tan negativa como radical. Otra cosa es que tanto la portavoz socialista como la consejera Guerra se hayan ofrecido a colaborar con Matías Campos y con el grupo de gobierno en cuanto sea preciso para un asunto tan sensible y prioritario como es el empleo.