Lo último que supimos de Luis Hernández, ex presidente de la Autoridad Portuaria, donde dejó una herencia explosiva, fue su intermediación en la compra-venta de Vanyera 3, la empresa del tejedense Ángel Marrero, finalmente entregada a una multinacional española especializada en comida cuartelera. Ahora sabemos de él que es el hombre de Román Rodríguez para presidir la Cámara de Comercio de Las Palmas, a poco se pongan en posición los astros necesarios, actualmente demasiado dispersos para hacer realidad ese sueño. Hernández sólo cuenta para esos menesteres con el ejército de Pancho Villa que encabeza Jaime Cortezo, con coroneles de la talla de Juan Socorro y Graciliano Afonso, y sabe perfectamente que la empresa es arduo compleja. Por eso le ha dicho a Román Rodríguez, el único político que le apoya, que si no sale la Cámara quiere la gerencia del tren. Y Román parece que le ha dicho que sí. No sabemos cuál de estos dos personajes anda más despistado.