Dice Soria que Juan Fernando López Aguilar es más corrupto que él, dónde va a parar, porque “pasea a su perrita en coche oficial”, en referencia a una vieja queja del Sindicato Unificado de Policía (SUP) de cuando el líder socialista se hacía acompañar por su mascota en sus días libres en Playa del Hombre. Es la réplica que ha elegido Soria a su famoso viaje del salmón, sólo que en versión triste y cutre, por muy grandilocuente que se ponga a la hora de retar a López Aguilar a que niegue ante los canarios que “se aprovecha personalmente de los medios que pone el Estado a su disposición” para darle gusto a su perrita (el añadido no entrecomillado es nuestro). Lo peor de la andanada de Soria es que hace tiempo que el secretario general del PSOE no utiliza coches de la Delegación del Gobierno, que así fue mientras fue ministro, que luego le pusieron uno de Seguridad Integral Canaria, que ahora viaja obligado en uno de los escoltas policiales (aquí y en Madrid), que él sí tiene la imposición de llevar escoltas, y no como otros, que se las inventan. Y que, en cualquier caso, hay perritas que no sueltan pelo. Ni se cagan donde no deben.