Hace escasos días, la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Rita Martín, se tropezó en Presidencia del Gobierno con el director del Museo de la Ciencia y la Tecnología, Jacinto Quevedo. El activo matemático, padre y mantenedor apasionado de ese recinto de la cultura y el saber, salía de una reunión de trabajo con Juan Ruiz Alzola, responsable de la Agencia de Investigación e Innovación del Gobierno, al que había presentado una serie de proyectos para conseguir respaldo económico. Quizás a esas alturas Rita Martín todavía no sabía que alguien había decidido que había que destituir a Quevedo de ese puesto para, en su lugar, poner a un damnificado de la derrota del PP en Gran Canaria. No es el primer marrón que se tiene que comer la consejera por órdenes directas de Su Excelencia. Y nos tememos que aún le queda mucho que tragar.