La actitud de la patronal canaria, que no quiere enfrentarse al consejero de Hacienda, José Manuel Soria, no hará sin embargo que el mandato de Sánchez-Simón al frente de los puertos de Las Palmas sea un camino de rosas. El nuevo presidente ha logrado imponer por la fuerza lo que hasta ahora no ha logrado hacer con la razón (apenas ha querido intentarlo siquiera), ganándose la confianza de sus consejeros, que no están ahí precisamente de adorno, por mucho que Pepa, Larry y Manolo Lobo resistan para complementar sus salarios con los 600 euros de dietas por asistencia al consejo de administración. En este contexto, el presidente saliente, Emilio Mayoral, podría volver al consejo sustituyendo a uno de los cinco representantes que tiene el Estado en ese órgano.