Nadie duda a estas alturas que el escándalo del Pérez Galdós tiene un autor intelectual, un aprovechado y una marioneta dando brincos alrededor. El autor es José Manuel Soria, que es el que telefonea al director del coliseo para darle la orden de quitar a la jefa de prensa para poner a Teresa Cruz en su lugar. El aprovechado es Larry Álvarez, que coloca de nuevo a su señora esposa de él mientras puede entretenerse en los asuntos majoreros, que tienen mucha tela. O no, según se mire. Y la marioneta es Pepa Luzardo, que sigue danzando al son que manda su jefe. Éste, Soria, ha tenido que mentir en más de una ocasión estos últimos días para tapar su propia canallada. Lo hizo el martes en una comida de empresarios, donde dijo que desconocía lo ocurrido y que lo iba a preguntar. Luego, a los medios de comunicación dijo que no le sonaba de nada que el asunto se hubiera tratado en la reunión del patronato.