Más y mejor deporte. Así se titulaba el último artículo del presidente del Cabildo de Gran Canaria, entidad titular del Centro Insular de Deportes, instalación que este sábado hizo pasar vergüenza al público, al elector y al ciudadano de Canarias. Se jugaba un encuentro trascendental, el Gran Canaria Grupo Dunas frente al Alta Gestión Fuenlabrada, con amplia repercusión nacional, y los héroes fueron dos moperos que tuvieron que jugar en un lateral de la cancha con toallas en la mano para secar una de las múltiples goteras que adornan al más y mejor deporte de Gran Canaria. Y en la segunda liga del mundo. Un diez a los dos operarios de la entidad, que se afanaban por secar el charco y corrían para no ser arrollados por los jugadores cuando se acercaban al área siniestrada. Más y mejor deporte. Las goteras del Centro Insular hicieron recordar a más de uno aquellas jornadas de baloncesto de los años 80, en el pabellón de Tamaraceite, feudo del club claretiano durante sus primeras temporadas en la ACB, en el que se vivieron situaciones disparatadas. De goteras a continuos apagones de luz, remendados temporalmente por los focos de un Seat Málaga de la Policía Local que, desde un portón, asomaba el morro para iluminar la cancha. Ahora tenemos más y mejor deporte, miren por dónde.