La cita parecía muy de compromiso, protocolaria, casi una rutina de esas que abundan a veces en la agenda social de la localidad. Pero se trataba de un encuentro muy especial. La noche de este jueves, tras unos años de pérdida de rumbo, la cadena de supermercados Hiperdino volvía a manos de sus fundadores, los Hermanos Domínguez. Y no porque esta pasada noche se firmara por fin el contrato de compra de Dinosol, sino porque era la ocasión formal en que la empresa originaria de la calle schamanera de Pío Coronado se rencontraba oficialmente con sus proveedores, con su público, con sus clientes, con las autoridades y con los medios de comunicación locales. La ocasión fue la inauguración del clásico portal de Belén que cada año, desde hace 27, se viene montando en el recinto principal de la compañía en Miller Bajo, en Las Palmas de Gran Canaria, y en torno a tan marcada efeméride se dieron cita lo más granado de la representación política, con el alcalde Cardona y el director de Comercio, Gustavo Matos, a la cabeza, y con el obispo de la Diócesis, Francisco Cases, presidiendo solemnemente. Andrés Domínguez (José Abraham se encontraba con una indisposición intestinal) y Javier Puga, el cerebro de la recuperación de la cadena de supermercados, se vieron también arropados por los proveedores, que ven en al regreso de la marca canaria a manos canarias una recuperación de cuota de negocio que se había perdido con los últimos propietarios y con la extensión de marcas blancas en supermercados de la más directa competencia, verbi gracia, Mercadona.