En medio de tanto trasiego, es fácil imaginar que aparecieran, como por arte de magia, los negociadores. Apareció la pareja formada por Maribel Castro y Chano Henríquez, y apareció Juan Rodríguez Betancort, ex comunista de toda la vida ahora metido a empresario de la formación y de las actividades diversas. Le mueve el 400 aniversario del Quijote, y más concretamente el pasaje de los molinos, pero en plan megaturbinas. Unos por un motivo, los otros tirando para su lado, pretenden salvar el pacto o reconducirlo de algún modo. Todo antes de que se pueda dar la carambola de que Guadalupe apoye un acuerdo entre socialistas y nacionalistas. Es complicado porque hace falta una cosa que se llama coherencia, y eso ya no abunda por estos lares. Por cierto, a ver si dejan sacar el camión de Salvador Santana de las instalaciones de Festejos, miren a ver.