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Los árboles salvan vidas
Cuando caminamos por Sevilla en un día de verano, experimentamos el efecto de los árboles y de los espacios verdes bajando las temperaturas ambientales. La sensación térmica es mucho más agradable en una calle con amplio arbolado que en una calle sin ningún elemento de vegetación.
Desde la ciencia se conoce el efecto de las islas de calor urbanas. En relación a sus entornos rurales las ciudades tienen temperaturas más altas, sobre todo en verano. Un estudio científico reciente publicado en la revista de ciencia médica prestigiosa ‘The Lancet’ cuantifica la isla de calor de Sevilla con un 1.5°C en promedio. Durante la noche, las zonas urbanas de Sevilla llegan a ser 3°C más calurosas que su entorno rural.
Sevilla es una de las ciudades estudiadas que menor cobertura de árboles tiene actualmente, y al mismo tiempo, mayor potencial de ampliar el efecto de refrigeración vegetal
Este mismo estudio investigó cuantos grados se podrían bajar las temperaturas en 93 ciudades grandes de Europa si se alcanzara de cubrir un 30% del espacio urbano con árboles, incluyendo en parques, zonas verdes y en las calles. La estimación media en el conjunto de las ciudades es casi un medio grado. Sevilla es una de las ciudades estudiadas que menor cobertura de árboles tiene actualmente, y al mismo tiempo, mayor potencial de ampliar el efecto de refrigeración vegetal. En vista de unos veranos cada vez más calurosos por el cambio climático hará falta usar este potencial.
Plantar más arboles no tendría sólo el efecto de bajar las temperaturas ambientales, también conllevaría unos beneficios directos en la salud y el bienestar de los residentes urbanos. El calor es un factor de riesgo de mortalidad importante en verano. Se estima que en el verano 2022, el más caluroso en Europa desde que hay registros, fallecieron más que 450 personas prematuramente por calor, solo en la provincia de Sevilla. Con más árboles y más espacios verdes en los barrios de Sevilla se podrían evitar una parte de la mortalidad relacionada con el calor en futuras olas de calor. Según el estudio citado la ampliación de la cobertura de arbolado al 30% del espacio urbano evitaría un 2% de las muertes en verano en el conjunto de las ciudades estudiados.
Se han demostrado que en ciudades más verdes los habitantes tienen mayor esperanza de vida, mejor funcionamiento cognitivo (como la capacidad de memoria y atención) y generalmente mejor salud mental
La mortalidad relacionada con el calor es sólo la punta del iceberg. El calor afecta la salud en muchos ámbitos. En días de calor se agravan los enfermedades cardiovasculares y respiratorias, hay más hospitalizaciones, más nacimientos prematuros y más complicaciones renales.
Por otra parte, se conoce un gran abanico de beneficios de los espacios verdes urbanos para la salud que se explican sólo en parte por sus efectos en la temperatura ambiental. Los árboles también pueden contribuir a disminuir la contaminación del aire. Vivir cerca de un espacio verde promueve las actividades físicas, los contactos sociales, y generalmente reduce el nivel de estrés de los residentes. Se han demostrado que en ciudades más verdes los habitantes tienen mayor esperanza de vida, mejor funcionamiento cognitivo (como la capacidad de memoria y atención) y generalmente mejor salud mental.
La necesidad de aumentar el número de árboles y espacios verdes para alcanzar unas ciudades más sostenibles y saludables está ampliamente reconocida en estrategias urbanísticas y de salud pública a todos los niveles. Las ciudades más ambiciosas incluyendo Barcelona se han oficialmente puesto la meta de llegar a un 30% del espacio urbano cubierto por copa de árboles en un horizonte de tiempo de 20 años.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas incluyen una referencia explícita a los espacios verdes urbanos, con la meta 7 del objetivo 11 afirmando que “de aquí a 2030, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad. ”
La ciencia no deja ninguna duda: hace falta más árboles y espacios verdes en Sevilla. Andalucía es una de las regiones más vulnerables a los impactos del cambio climático, como lo ha afirmado en una multitud de ocasiones también el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Con la iniciativa de volverse la primera ciudad del mundo en poner nombre a las olas de calor para sensibilizar a la población y proteger la salud de los más vulnerables (https://prometeosevilla.com/) Sevilla quería presentarse como pionera en la adaptación al cambio climático. No obstante, vista la decisión del Ayuntamiento de Sevilla actual de vender el espacio designado para el futuro pulmón verde del casco antiguo norte todas estas palabras e iniciativas pierden su credibilidad.
Sólo si el Ayuntamiento rectificara la decisión sobre el pulmón verde y actuara según sus promesas y declaraciones Sevilla podría recuperar su posición de liderazgo en materias de salud y adaptación al cambio climático.
Veronika Huber es experta en cambio climático y salud humana, investigadora en la Estación Biológica de Doñana, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Sobre este blog
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