Vuelven a revolverse las cosas en la muy colorista villa de Santa Brígida, medianías de Gran Canaria, concretamente en los alrededores de ese Ayuntamiento que gobierna Lucas Bravo de Laguna, del PP, en pacto con Los Verdes (todavía suena increíble, ¿verdad?) Un viejo amigo del Niño Bravo, el empresario Juan Ruano Torres, anda subiéndose por todas las paredes y muros del municipio mostrando a la humanidad cuatro folios en los que llora por una traición, la que a su juicio ha cometido contra él el mentado alcalde. El escrito contiene la confirmación de lo que todo el mundo sabía, que Ruano Torres pagó la campaña electoral del Niño Bravo. Lo que no conocíamos era el montante de la operación, 24 millones de pesetas, según aparece en el primer folio del documento de agravios.