En aquel entonces, año 2000, José Daniel López era responsable de Proyectos y Obras de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, y se planteaba la adjudicación de tres obras simultáneas. Él quería que la empresa adjudicataria fuera una sola, FCC, lo que para los responsables políticos del Puerto, por entonces presidido por Luis Hernández, era mucho, demasié. López, que es hombre temperamental, trató de echar un pulso a la autoridad legalmente constituida, y lanzó aquello de que o se hace lo que yo digo, o no firmo el informe. No firmó el informe, pero a cambio le firmaron a él la carta de despido y le aflojaron los referidos catorce millones. Le sustituyó en Proyectos y Obras Salvador Capellán, y hasta la fecha. Luego vino Arnáiz, que lo recuperó para la causa, contratándolo en clara confrontación con la ley que obliga a aplicar criterios de publicidad, méritos y concurrencia para la contratación de personal portuario. Y tras Arnáiz, el duque de Heno de Pravia, que lo quiere hacer director con tal de no mantener a Pintado, que huele mejor.