Cuando la Asociación de Empresarios de Mesa y López se enteró por la prensa de la inminente feria agrícola puso el grito en el cielo. Tiene entre sus asociados al Mercado Central y, legítimamente, cree que es competencia desleal promover un mercadillo de ese tipo con precios muy ventajosos que serían ofertados un sábado, cuando el veterano recinto de la calle Galicia recibe a una amplia clientela. Pero además de los comerciantes, la concejala Margarita Torrent se enfrentó a la oposición de su compañera de Corporación Nardy Barrios, responsable de Mercados, que adujo los preceptos de una ordenanza que prohíbe la venta de productos alimenticios en la vía pública por el riesgo que pudiera conllevar. Una ordenanza que, como todo el mundo sabe, se incumple cada fin de semana en San Telmo y se incumplió con una iniciativa municipal hace muy poco en Santa Ana, con la primera Feria del Marisco. Y en cada ventorrillo verbenero.