La postura de José Manuel Soria para con el sector de las renovables en Canarias ha pasado de la perplejidad y la incomprensión a la indignación y los despidos. El Gobierno de Canarias y los empresarios continúan esperando las particularidades prometidas tras el decreto que acabó con las primas a las renovables y que volvió a condenar al ostracismo a una actividad muy prometedora para la economía y la sostenibilidad de las islas. Pero tras nueve meses de promesas, el parto no se produce, y los empresarios ya andan despidiendo personal ante la incertidumbre y la desconfianza que despierta este ministro y el Gobierno del que forma parte. Este martes en Madrid, en un foro amistoso, se mostró Soria tal cual es, dando más importancia al déficit tarifario (beneficios de las eléctricas al fin y al cabo) que a la subsistencia de un sector que en Canarias no va a ser decisivo en la crisis exclusivamente por culpa del ministro canario. De él, obviamente, no cabía esperar otra cosa, por mucho que esos empresarios sean mayormente de tendencia conservadora y entre ellos se encuentren destacados miembros que fueron del PP, como el empresario grancanario Ernesto Pérez Reyes, que no oculta su indignación con quien fuera presidente del Cabildo el tiempo que él fue consejero de Desarrollo Local y de la comarca del Sureste, la más puntera en energías renovables hasta que llegó Soria con sus favores a las eléctricas y a las petroleras.